Historia del hijo. Marie-Hélène Lafon. Minúscula, 2022 Traducción de Lluís Maria Todó |
Consideraciones previas
El origen del relato: Lafon explicó en una entrevista que el relato, esta vez, no tiene nada de autobiográfico —aunque el entorno, el departamento de Lot, Auvernia y París coinciden con lugares asociados a su biografía—, sino que se trata de una historia que le contaron y que ella utilizó para componer el relato.
Uno de los comienzos de novela más memorables y recordados de la historia de la literatura lo escribió León Tólstoi para empezar Ana Karénina: «Todas las familias felices se parecen entre sí; pero cada familia infeliz lo es a su manera»; sin embargo, la nómina de protagonistas principales de la novela no incluye a la familia, aunque al actuar como marco del desarrollo de la acción, su efecto sobre esta es determinante. Historia del hijo (Histoire du fils, 2020), el libro de Marie-Hélène Lafon, podría haber empezado, más propiamente incluso que en el caso de Tólstoi, con algo así como: «Todas las familias que esconden un secreto se parecen entre sí; pero cada una sobrevive al efecto de ese secreto a su manera»
En una historia de una saga familiar que abarca un siglo es difícil precisar qué personaje sostiene el papel de protagonista —como sucede, por ejemplo, en Cien años de soledad o La casa de los espíritus—; seguramente depende de la importancia que el autor le otorga a un personaje en particular —José Arcadio Buendía o Esteban Trueba en los casos mencionados—. En el caso de Historia del hijo, el mismo título parece remitir a André, el hijo se Gabrielle y de Paul Lachalme, por más que él ni comienza ni finaliza, personalmente, el relato, aunque se halle presente en la primera frase del libro en boca de su hermano y en la última en boca de su hijo.
Pero el protagonista de un relato no tiene que ser a la fuerza —o únicamente— una persona; en este caso, no es exagerado atribuir ese rol a algo que, curiosamente, se define por ser reservado, por estar oculto: un secreto; un secreto o más de uno, porque tan secreto es aquello que se guarda sin revelarlo como el silencio con que se encubre un hecho; cien años de vida familiar dan para mucho.
A la familia Buendía, allá en Macondo, el mantenimiento de un secreto trajo como consecuencia un bebé con cola de cerdo; la familia Léoty no fue tan desafortunada, pero el mantenimiento de ese secreto, el mayor de elllos, alteró sus vidas de forma incuestionable.
Unos incisos antes de continuar.
En primer lugar, la aparición de un personaje denominado Claire, un nombre que se repite en muchos de los textos de Lafon, como en otros casos, aunque esta vez su papel sea secundario, que, cuando no es protagonista, designa a una mujer especial; en este caso, la prima favorita de André.
En segundo lugar, otro nombre: el profesor de griego y latín —el desempeño profesional de la propia Lafon— del liceo donde estudia Paul se llama Michon; no se nos informa de su nombre de pila, pero debido a su tonsura, los estudiantes le llaman Père Michon, o por sus iniciales, PM, originario de Guéret; la referencia a Pierre Michon, un autor del que Lafon se confiesa rendida admiradora, es manifiesta. En la traducción al castellano, por cierto, se le rebautiza como Fray Michon, con lo que la referencia desaparece.
Por cierto, en cuanto a la ausencia del padre, existen puntos en común con las vidas reales —y, por lo tanto, con las obras— de Pierre Bergounioux, cuyo padre murió cuando él todavía lo necesitaba, y cuya experiencia relató en su libro L’Orphelin; y con Pierre Michon, cuyo padre se largó de casa cuando él era un crío, una circunstancia que también ha influido en alguna de sus obras.
El secreto
«Todas las familias albergan en sus repliegues más íntimos esos pequeños muertos que eran la condena del tiempo, una especie de tributo en carne fresca y tierna que se pagaba a los dioses Lares de pletóricas descendencias».
Los principales conductores y afectados por esa alteración en sus vidas que provoca el mantenimiento de ese secreto son Gabrielle Léoty, una lugareña que huyó a París ahogada por el localismo de provincias, madre soltera;
«Gabrielle no se fía del pasado, se defiende de él; a su edad, cincuenta y ocho años, pronto cincuenta y nueve, una mujer puede temerlo todo de su pasado, el arrepentimiento, los remordimientos, la nostalgia, el sabor a hierro frío de las ocasiones desaprovechadas y la marea de las ilusiones perdidas, que va subiendo».
Paul Lachalme, el hijo de una familia respetable —cuya decadencia, solo apuntada en la novela, parece que comienza con la marcha de Paul a París para ejercer de abogado, es decir, cuando él abandona la tierra de origen—, responsable de un desliz que no llegó a convertirse en adversidad por puro desconocimiento, y que llega a convertirse en un influyente y después caído en desgracia abogado en la capital; y, finalmente, André, el producto del desliz, educado por sus tíos —una especie de huéfano cuyo padre ignora que lo es y cuya madre no quiso, o no pudo, o no supo cómo serlo, una circunstancia que la autora solo expone fugazmente—. Lo que les une es el secreto, pero la forma y el grado en que les afecta difiere notablemente. Gabrielle es el origen de la historia, la fuente y primera mantenedora del misterio, del enigma, la guardiana del secreto de la mitología clásica, que solo es desvelado, en primer lugar y solo en parte, a su familia más directa para después, en la boda de su hijo, exponerlo a su futura nuera; está claro que el mantenimiento y la transmisión del secreto quedan reservados a las mujeres. Pero el papel de las mujeres no concluye con esa función, también en el desarrollo de la vida cotidiana y en su relación con los hombres tienen un rol principal: Juliette acompaña a André en la búsqueda de su padre; Amy, la esposa de Antoine, es un firme apoyo para el rescate del árbol familiar; Hélène, en su papel de madre sustituta, cuida de André como si fuera su propio hijo.
La afectación sobre Paul, que no parece que llegue a enterarse nunca de su paternidad, es nula; sin embargo, la huella que le dejó su relación con Gabrielle, en su adolescencia, sí que parece haber afectado al resto de su vida: permanece soltero, aunque no célibe, y no se le conoce descendencia; pero además, también permanece oculta la huella, y, por tanto, las consecuencias, de la muerte prematura de Armand sobre su vida posterior —Lafon nos oculta esa marca psicológica: no nos la puede mostrar porque al escoger un narrador en tercera persona que relata desde el punto de vista de los personajes no sería creíble, excepto que fuera el propio Paul quien la facilitara, y ni aún así,o precisamente por eso, sería fiable—. André, que ha vivido la primera parte de su vida desconocedor de su origen, viviendo siempre en familia, pero en familia prestada, con su madre en París y de padre desconocido, pero consciente de que en su vida falta una pieza, emprenderá, cuando llega a su conocimiento, la ineluctable búsqueda del padre —de nuevo la mitología y una buena parte de la literatura universal asoman su cabeza—; pero, una vez hallado e identificado, mantendrá su silencio: si su madre pensó que Paul no era digno de conocer el secreto, su hijo piensa que él no es nadie para revelarlo.
«André, sentado en el borde de la cama, en la habitación desnuda [en el piso de su madre, en París], de repente se sintió muy cansado, como cargado con un peso de silencio y secreto que era lo que le había correspondido como hijo; padre desconocido y madre con doble fondo».
La novela, dividida en doce episodios que abarcan exactamente un siglo (1908-2008), centrados en cada protagonista, los principales mencionados o la multitud de secundarios, narra la historia de ese secreto que, aunque no es el único que sacude la trama, sí que la condiciona y presta cohesión a esos «cien años de soledad» a los que se ven abocados unos y otros. Pero Lafon no solo se detiene en los antecedentes principales, sino que, con un amplio despliegue, extiende la trama a través de las relaciones entre los distintos personajes y las circunstancias, voluntarias o prácticamente fortuitas, en que se ven envueltos: Gabrielle, la decisión improvisada y su huida; Paul, la ambición desatada desde su adolescencia y el lastre familiar al que decide, infructuosamente, sobreponerse; y André, el pasado sin raíces y la ambivalencia de sentimientos hacia su madre.
Qué es secreto, que podría serlo y qué no lo es. Una primera aproximación de Histoire du fils desvela que se trata de una novela acerca del silencio y del secreto, pero a medida que avanza la trama y se instala en el recuerdo del lector el singular parece dejar paso a un plural menos específico, porque el silencio acalla más de una voz y el secreto se multiplica en múltiples variantes.
El silencio acerca de Antoinette; el silencio acerca de los padres de Paul —cuando la novela bien que abarca su existencia—; el silencio sobre los desaparecidos en la IGM; el silencio acerca de Silvia, la compañera de André en el maquis; el silencio de Hélène y Léon; el silencio de André ante su padre, en París; y, finalmente, el silencio de Paul.
En cuanto al secreto, es evidente que la filiación de André es el principal, pero no el único: la muerte de Armand, un primer secreto que no lo es y que actúa como un McGuffin cuya función parece ser despistar al lector; la vida de Gabrielle en París, que solo se desvela, indirectamente, al final de la novela, cuando André limpia su piso, una vez fallecida —es necesario insistir en la impenetrabilidad de Gabrielle, desde la relación con el Paul adolescente hasta su plácida muerte, acaecida, y no es casualidad, no en París, sino en su tierra de origen—; la vida familiar de Hélène y Gabrielle, en la infancia, con tres hermanos mayores, dos de los cuales fallecidos en la IGM y el tercero fue desertor, un padre muerto joven y una madre «gastada»; yu, finalmente, el destino de Paul, que Antoine descubrirá en el último capítulo, en el cementerio, ante la vista de las tumbas de aquellos antepasados que devolverá, en palabras de Pierre Michon en Vidas minúsculas, «dans le verbe pur et la lumière», «a la palabra pura y a la luz».
Última declaración de Antoine en Histoire du fils: «… que André Léoty, hijo de Paul Lachalme y Gabielle Léoty, estuvo en el mundo, que se acordarán de él». ¿Por qué se acordarán de él? ¿Por algo que llevará a cabo su hijo, o porque una escritota llamada Marie-Hélène Lafon escribirá su historia? Última declaración de Claire en Les sources: «Ha posado la mano derecha abierta sobre el liquen rojizo de la fachada, está a punto de marcharse, se acordará de todo».
Aún aceptando que el rol protagonista humano principal recae sobre André —no en vano el título de la novela se refiere a él—, es posible que el personaje más imponente, más poderoso, más enigmático —y, por tanto, aquel cuya condena es más evidente por parte de sus allegados y por la sociedad rural de origen—, sea Gabrielle, en parte porque participa en un doble secreto: el de la filiación de André, que es el enigma que resuelve su nieto para sí mismo, porque el lector ya conoce la resolución desde el principio de la obra; pero también el de las razones por las que decidió abandonar a su hijo cuando era niño y mantener una distancia inexplicable con él —conviviendo apenas cuatro semanas al año y solo en la casa familiar, nunca en s piso de París, es decir, en su territorio—, y este sí que es un secreto que ni André ni el lector podrán resolver.
Tal vez haya que mencionar algo acerca del recorrido geográfico de ese secreto, reflejo de unos tiempos cambiantes que la autora ubica en el siglo que abarca la novela; con independencia de los movimientos poblacionales debidos a las dos Guerras Mundiales, parece registrar los cambios de la propia sociedad ejemplificándolos en los miembros de la familia: de la Francia rural, Chanterelle, donde empieza la acción —Paul—, se pasa a Aurillac, una pequeña ciudad de provincias que cuenta con un instituto —Paul y la enfermera Gabrielle— y a Figeac, donde reside André; de ahí la trama salta a París, donde los mismos personajes desempeñan su profesión; finalmente, Antoine, el personaje que cierra el círculo, traslada a la familia a Canadá, desde donde vuelve al lugar original, en busca de «la primavera del mundo». Tal vez ese trayecto de la Francia rural a otro continente sea el reflejo de la emancipación de esa civilización ligada a la tierra, gracias a las nuevas generaciones, hacia un mundo antaño inabarcable que ha ido reduciendo las distancias y modificando las fronteras, y la necesidad de volver al origen para recuperar y fijar su historia.
«Au fond la forme!»
Estilísticamente, Historia del hijo comprende tres elementos estilísticos particulares: el despliegue del relato a través de fechas concretas —con viajes al pasado con la mente de los personajes—, mientras que cada capítulo esté centrado en el punto de vista de uno de los protagonistas —concretamente, siete—; el recurso constante a las sensaciones —olores, colores, luz—, que aleja el punto de vista naturalista y recuerda el tratamiento impresionista de la realidad; y el procedimiento del narrador omniscente en tercera persona en discurso indirecto libre, siempre en presente, que, no obstante, cede al punto de vista de los distintos personajes, uno en cada capítulo.
Narradores Orden narrativo |
Narradores Orden cronológico |
Armand |
Armand |
Paul |
Paul |
André |
Gabrielle |
André |
André |
Gabrielle |
Paul |
Paul |
Gabrielle |
Hélène |
André |
Juliette |
Hélène |
Gabrielle |
Juliette |
André |
André |
André |
André |
Antoine |
Antoine |
Armand |
1 |
Paul |
2 |
André |
4 |
Gabrielle |
2 |
Hélène |
1 |
Juliette |
1 |
Antoine |
1 |
Estos diferentes puntos de vista, aunque recogidos por el relato del narrador, tienen algunas particularidades lingüísticas que los distinguen y señalan su presencia, aún sin diálogos, y que acaba conformando una especie de código: Armand habla de «ese ruidito asqueroso con los labios, como los cachorros cuando maman»; Paul no habla como Hélène, ni esta como Gabrielle; Léon tiene «sus propias palabras […] que arreglan las cosas, hacen reír o sonreír y consuelan al mundo»; «la expresión era de Hélène, que sólo la utilizaba para su hermana»; «Hélène también tiene sus expresiones, y él las recuerda todas porque riman»; Juliette tiene «pasión por los nombres propios y las cosas más pequeñas que acechan en los rincones más diminutos de los países olvidados»; «ciertos agujeros sombríos bautizados por ellos como la garganta del infierno»; y, finalmente, «con el tiempo, sintió que ciertas expresiones se quedarían con él, formarían parte de él […] luchaban bajo su piel como animales atrapados, se unían a sus aguas subterráneas».
El orden de los factores Altera/No altera el producto: ¿Cuál es el efecto de los saltos en el tiempo? ¿La lectura sería la misma si el orden fuera cronológico? Ver Anexo 1. En todo caso, ese rompimiento de la linealidad no parece afectar, a nivel de lectura, a la fluidez del relato; lo que parece claro, aunque sea a nivel de sensación, es que la ordenación no lineal contribuye a preservar cierto misterio en función del secreto, como si fuera este, el secreto, el que marca la cadencia temporal, y no el transcurso del tiempo en sí mismo.
Si se sigue la narración cronológicamente el lector de encuentra con un relato en bucle: el tiempo avanza hacia adelante para, al final del relato, efectuar un bucle que lleva —o casi— al principio de la historia; pero ese bucle solo tiene sentido para el último de los varones de la familia, porque el lector ha resuelto el enigma mucho antes, casi a medida en que sucedían los hechos. Sin embargo, si se sigue el hilo temporal que propone la autora, aunque los dos primeros episodios, donde se plantea el conflicto, y el último, el desenlace, están en orden cronológico, los hechos intermedios siguen lo que parecería una línea de sierra en la que el hilo conductor avanza y retrocede en función de los silencios y del desvelamiento del secreto.
El secreto de la filiación de André es desvelado por Gabrielle a Juliette y no al propio André, saltándose el trayecto más razonable, que sería confersárselo a su propio hijo; las razones pueden ser múltiples, pero una de las más llamativas es que, de este modo, el desvelamiento se lleva a cabo siempre a través del elemento femenino, un matriarcado inocentemente sensual y apegado a la tierra: Gabrielle, Hélène, a quienes parece unir un vínculo que recuerda al de Míriam y la hermana del faraón bíblicas, que se suma al hecho de que sean hermanas —y sus hijas, todas mujeres— y Juliette, dejando al elemento masculino, lejano, desconocido o ausente, fuera de la ecuación.
Esta revelación tiene lugar el 19 de agosto de 1950; cronológicamente, esta fecha corresponde al capítulo 7, mientras que en el devenir de la novela se sitúa en el 3: parece que la autora tiene la intención de que, a través de la ficción, es decir, de la forma en que decide manipular el transcurso natural del tiempo, el lector se entere del asunto antes que André; de hecho, Gabrielle nunca se lo comunica directamente a su hijo. Llamativamente, el único personaje masculino que accede, muchos años después, a la totalidad de la información, es Antoine —un personaje desubicado geográficamente que vive en Canadá y, probablemente, el que menos contacto ha mantenido con sus ancestros—, en el último capítulo de la serie —cuya ubicación en la novela, al igual que el primero, no ha sido manipulada—, cuando descubre, fallecido ya su padre, que tuvo un tío-abuelo que murió de niño, y a partir de su visita a las tumbas de la familia intenta rehacer el árbol genealógico familiar y averiguar qué fue de Paul.
«Antoine hablará con su padre, y con su madre; incluso en el otro extremo del mundo, no fuera caso que perdiera el hilo, a veces habla con los muertos, sobre todo con su madre. Le confirmará a su padre lo que él ya sabe, que Chanterelle es un reino fuerte y empinado, donde los árboles son tupidos y la vida larga; también podrá decirle que ahora en Chanterelle ya se sabe que André Léoty, hijo de Paul Lachalme y Gabrielle Léoty, estuvo en el mundo, y se acordarán de él».
(Por cierto, Chanterelle, que es como denomina Lafon al emplazamiento del hogar familiar, aparte de denominar a una especie de seta y a la cuerda más aguda de un instrumento de cuerda, es también el nombre que recibe el pájaro que, encerrado en una jaula, se usa como reclamo —como encantamiento— para atraer a otros pájaros en la caza con liga).
Si se parte del orden cronológico —que es la ordenación que subsiste en la mente del lector—, los capítulos, en función del personaje centrado en cada uno de ellos, se estructurarían en cuatro grupos (ver cuadro supra), una clasificación que da una idea del férreo control, contra lo que pudiera parecer, con que Lafon somete a su prosa:
- Introducción: Armand —un personaje fuera de texto, «el hermano muerto hace tiempo, que aleteaba como una bestia desollada»—.
- Núcleo: Paul, Gabrielle, André, Paul, Gabrielle, André —es decir, por este orden, padre, madre, hijo, padre, madre, hijo—.
- Transmisión por mujeres interpuestas: Hélène, Juliette —ambas relacionadas con André, pero externamente en términos de filiación—.
- El hijo —los hijos—: André, André, Antoine.
Histoire du fils es una novela sobria, sencilla, sin intriga, sobre vidas comunes y corrientes —¿sobre Vidas minúsculas?— de gente anónima, que despliega, a pesar de su humildad, un uso preciso y apropiado —flaubertiano, tanto en la cadencia de la frase como en el uso, indiscriminado teniendo en cuenta la tendencia actual, del punto y coma— de una lengua que se aferra a la realidad y que intenta reproducirla en toda su crudeza y en su sinceridad.
Una serie de reflexiones a cuenta de la historia
La felicidad no puede ser eterna porque su presencia constante es contraria a su naturaleza; la desgracia, en cambio, sí que puede ser perpetua, pero esa circunstancia la haría menos trágica. Sin embargo, la peor situación es la combinada, cuando ambas se presentan en sucesión, reforzándose mutuamente y prestándose sentido una a la otra: la desgracia que da sentido a la felicidad, la felicidad que da sentido a la desgracia.
Cuando el pasado es un fantasma que persigue sin pausa, el arrepentimiento no tiene la fuerza suficiente para imponerse a los remordimientos, y las ocasiones perdidas exigen su cuota de atención con progresiva insistencia. La voluntad que guio las decisiones del pasado flaquea ante la percepción de la irrelevancia de las ilusiones que se quedaron por el camino, y la posibilidad de otras vidas, descartadas en un proceso que se creía razonado, hiere a través de su renuncia, rechaza la lógica que la inspiró y revela la irremediabilidad del error. Nunca se llega a ser como se quiso, nunca se quiso ser lo que se ha llegado a ser; esa es la razón que justifica el intento de que los descendientes sí que alcancen esa meta, pero ese momento nunca llegará, y a la frustración de no haberlo alcanzado uno mismo se sumará la percepción de que aquellos tienen la suya propia: los descendientes tampoco serán nunca como uno quiso ni querrán ser nunca el remedo de la expectativa de sus progenitores; ellos deberán cargar con sus errores, pero solo con los suyos.
No es cierto que el cerebro pierda facultades con la edad; lo que sucede es que se vuelve selectivo con los recuerdos: los que ayudan a vivir permanecen, mientras que los que cuestionarían la propia existencia se desechan. Solo así es posible seguir viviendo. Todo aquello que se olvida, desaparece, pero no es lo mismo desaparecer que no haber existido.
Anexo 1
Mapa de Historia del hijo. Editorial Minúscula, 2022. Traducción de Lluís Maria Todó.
Orden narrativo |
Orden cronológico |
Jueves, 25 de abril de 1908 |
Jueves, 25 de abril de 1908 |
Narrador 3P, punto de vista de Armand 011 Paul y Armand, de 5 años, gemelos. Los colores y los olores. |
Narrador 3P, punto de vista de Armand
011 Paul y Armand, de 5 años, gemelos. Los colores y los olores. |
(Comienzo como Les sources: un personaje duerme, otro intenta no despertarle). |
(Comienzo como Les sources: un personaje duerme, otro intenta no despertarle). |
Georges, el hermano pequeño. La tía Margueritte, soltera. Antoinette, la cuidadora, que se casó y se marchó. |
Georges, el hermano pequeño. La tía Margueritte, soltera. Antoinette, la cuidadora, que se casó y se marchó. |
012 Papá. Mamá. Amélie, la criada. Más olores. |
012 Papá. Mamá. Amélie, la criada. Más olores. |
014 Solange y Antonin, contratados externos. Los enfados del padre. |
014 Solange y Antonin, contratados externos. Los enfados del padre. |
015 La oración. La iglesia. |
015 La oración. La iglesia. |
017 El accidente de Armand. |
017 El accidente de Armand. |
Jueves, 23 de enero de 1919 Narrador 3P, punto de vista de Paul 019 Paul: el ansia guerrera en la escuela de Aurillac. 021 Las clases de latín. Père Michon. 022 En Chanterelle habrá chicas. 023 El terruño. Los gabachos. 025 Los efectos de la guerra sobre la familia: los que fueron y los que no fueron. 026 Preparado para «la caza mayor». Clarisse. 027 La ceremonia del baño semanal. 028 El catarro. La convalescencia en la enfermería. 029 La señorita G. (Gabrielle) Léoty. |
Jueves, 23 de enero de 1919 Narrador 3P, punto de vista de Paul 019 Paul: el ansia guerrera en la escuela de Aurillac. 021 Las clases de latín. Père Michon. 022 En Chanterelle habrá chicas. 023 El terruño. Los gabachos. 025 Los efectos de la guerra sobre la familia: los que fueron y los que no fueron. 026 Preparado para «la caza mayor». Clarisse. 027 La ceremonia del baño semanal. 028 El catarro. La convalescencia en la enfermería. 029 La señorita G. (Gabrielle) Léoty. |
Sábado, 19 de agosto de 1950 Narrador 3P, punto de vista de André 031 André, con dos mamás: Hélène, su tía, que le crió en Figerac, y Gabrielle, su madre, que vive en París. Silvia, en el maquis; Juliette, su novia. 033 Pierre, Christian e Yves, compañeros del maquis, contratados por André. André, intrigado por su padre. 034 Gabrielle y André, 4 semanas al año. Gabrielle y Hélène, hermanas, tienen un secreto. 035 Nacimiento de André, Dadou, en París. 036 La guerra; los efectos sobre la familia. 037 1947: Boda de André y Juliette. 040 La filiación de André, desvelada por Gabrielle a Juliette y esta a él. |
Miércoles, 20 de junio de 1923 Narrador 3P, punto de vista de Gabrielle 041 Gabrielle y Paul. 055 Paul le explica a Gabrielle su secreto: el gemelo que murió. 056 La paulatina transformación de Paul en hombre y el progresivo alejamiento de Gabrielle. 058 El embarazo de Gabrielle, ocultado a Paul. |
Viernes, 17 de agosto de 1934 Narrador 3P, punto de vista de André 041 Gabrielle deja a André (10 años) al cuidado de Hélène. 043 André especula sobre su padre. Las diferencias con su familia de adopción. 045 André especula sobre su madre. 048 Claire, la prima favorita. |
Viernes, 17 de agosto de 1934 Narrador 3P, punto de vista de André 041 Gabrielle deja a André (10 años) al cuidado de Hélène. 043 André especula sobre su padre. Las diferencias con su familia de adopción. 045 André especula sobre su madre. 048 Claire, la prima favorita. |
Miércoles, 20 de junio de 1923 Narrador 3P, punto de vista de Gabrielle 041 Gabrielle y Paul. 055 Paul le explica a Gabrielle su secreto: el gemelo que murió. 056 La paulatina transformación de Paul en hombre y el progresivo alejamiento de Gabrielle. 058 El embarazo de Gabrielle, ocultado a Paul. |
Martes, 5 de marzo de 1935 Narrador 3P, punto de vista de Paul 059 Paul, abogado en París. Recuerda la muerte y funeral de Armand en el entierro del padre. 061 La vida de la familia: la madre, la tía, Georges y su mujer, Madeleine. 063 Los poderes de Madeleine. 065 El vínculo de Paul con la tierra. 066 La imborrable huella de Armand. |
Martes, 5 de marzo de 1935 Narrador 3P, punto de vista de Paul 059 Paul, abogado en París. Recuerda la muerte y funeral de Armand en el entierro del padre. 061 La vida de la familia: la madre, la tía, Georges y su mujer, Madeleine. 063 Los poderes de Madeleine. 065 El vínculo de Paul con la tierra. 066 La imborrable huella de Armand. |
Domingo, 28 de octubre de 1945 Narrador 3P, punto de vista de Gabrielle 085 Gabrielle examina su pasado. 086 El hijo es un héroe, el padre se esconde. 088 Gabrielle se entera, por una vecina, de la vida de Paul. 090 La placidez de la conciencia tranquila. 091 El recorrido profesional. 092 Tal vez nació demasiado pronto. |
Miércoles, 20 de enero de 1960 Narrador 3P, punto de vista de Hélène 069 Hélène hace punto para Antoine, hijo de Juliette y André. Un repaso a la familia. 070 Gabrielle según Hélène. 071 André y Juliette tienden a la felicidad. 072 Hélène recuerda el asunto de Gabrielle y su hijo sin padre. 074 La llegada de André a la casa de Hélène y Leon. |
Sábado, 19 de agosto de 1950 Narrador 3P, punto de vista de André 031 André, con dos mamás: Hélène, su tía, que le crió en Figerac, y Gabrielle, su madre, que vive en París. Silvia, en el maquis; Juliette, su novia. 033 Pierre, Christian e Yves, compañeros del maquis, contratados por André. André, intrigado por su padre. 034 Gabrielle y André, 4 semanas al año. Gabrielle y Hélène, hermanas, tienen un secreto. 035 Nacimiento de André, Dadou, en París. 036 La guerra; los efectos sobre la familia. 037 1947: Boda de André y Juliette. 040 La filiación de André, desvelada por Gabrielle a Juliette y esta a él. |
Sábado, 21 de abril de 1962 Narrador 3P, punto de vista de Juliette 077 André y Juliette en busca de Paul. 081 1935: Gabrielle y Hélène: el futuro de André en juego. 082 André y Juliette al acecho. 084 Intento infructuoso. |
Miércoles, 20 de enero de 1960 Narrador 3P, punto de vista de Hélène 069 Hélène hace punto para Antoine, hijo de Juliette y André. Un repaso a la familia. 070 Gabrielle según Hélène. 071 André y Juliette tienden a la felicidad. 072 Hélène recuerda el asunto de Gabrielle y su hijo sin padre. 074 La llegada de André a la casa de Hélène y Leon. |
Domingo, 28 de octubre de 1945 Narrador 3P, punto de vista de Gabrielle 085 Gabrielle examina su pasado. 086 El hijo es un héroe, el padre se esconde. 088 Gabrielle se entera, por una vecina, de la vida de Paul. 090 La placidez de la conciencia tranquila. 091 El recorrido profesional. 092 Tal vez nació demasiado pronto. |
Sábado, 21 de abril de 1962 Narrador 3P, punto de vista de Juliette 077 André y Juliette en busca de Paul. 081 1935: Gabrielle y Hélène: el futuro de André en juego. 082 André y Juliette al acecho. 084 Intento infructuoso. |
Jueves, 8 de noviembre de 1984 Narrador 3P, punto de vista de Antoine 093 André, Juliette y Hélène en el Cantal, en busca de las huellas de Paul. La muerte de Léon y de Gabrielle. 095 André y Juliette jubilados; Antoine en Canadá. 097 El cementerio de Chanterelle. 100 La decadencia de Chanterelle. Información sobre los Lachalme. |
Lunes, 19 de agosto de 1974 Narrador 3P, punto de vista de Antoine 103 Muerte de Gabrielle. Los recuerdos de André de su madre. 105 La fascinación de su familia provinciana por la parisina Gabrielle. 106 Limpiando el piso de Gabrielle, descubriendo su vida. |
Lunes, 19 de agosto de 1974 Narrador 3P, punto de vista de André 103 Muerte de Gabrielle. Los recuerdos de André de su madre. 105 La fascinación de su familia provinciana por la parisina Gabrielle. 106 Limpiando el piso de Gabrielle, descubriendo su vida. |
Jueves, 8 de noviembre de 1984 Narrador 3P, punto de vista de André 093 André, Juliette y Hélène en el Cantal, en busca de las huellas de Paul. La muerte de Léon y de Gabrielle. 095 André y Juliette jubilados; Antoine en Canadá. 097 El cementerio de Chanterelle. 100 La decadencia de Chanterelle. Información sobre los Lachalme. |
Viernes, 28 de abril de 2008 Narrador 3P, punto de vista de Antoine 113 Centenario de la muerte de Armand. Antoine descubre que tenía un tío-abuelo. 114 La muerte de André. 116 Antoine intenta rehacer el árbol familiar. 117 La muerte de Armand y su transmisión a lo largo del siglo. 122 ¿Qué fue de Paul? Antoine desvelará el secreto. |
Viernes, 28 de abril de 2008 Narrador 3P, punto de vista de Antoine 113 Centenario de la muerte de Armand. Antoine descubre que tenía un tío-abuelo. 114 La muerte de André. 116 Antoine intenta rehacer el árbol familiar. 117 La muerte de Armand y su transmisión a lo largo del siglo. 122 ¿Qué fue de Paul? Antoine desvelará el secreto. |
Otros recursos relativos a la autora en este blog:
Fe de Lectura de Nuestras vidas
Notas de Lectura de Los países
Notas de Lectura de Flaubert for ever
975
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