30 de mayo de 2014

Lecturas de Mayo

Una singularidad desnuda
Sergio de la Pava
Pálido Fuego, 2014
Traducción de José Luis Amores
Ambiciosa, excéntrica, lúdica, inteligente, afectada, hipnótica,  imperfecta, cómica, apasionada, compleja, profunda, oscura, divertida, detallada, torrencial, los setenta capítulos de The Wire en una sola sesión, una imposible partida de ajedrez en la que no se capturaran las piezas. Una novela de inmersión, difícil, pero gratificante. Un deslumbrante debut que ningún lector ambicioso debería perderse.
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El hombre aparece en el Holoceno
Max Frisch
Editorial Alpha Decay, 2014
Traducción de Eustaquio Barjau
El anciano Geiser se aisla en una cabaña a esperar a la muerte. Preocupado porque lo no coja por sorpresa, busca indicios, deja de pensar y recopila lo que sabe para combatir el olvido. Una fábula triste y descorazonadora acerca de la utilidad del saber, de la imposibilidad de aprender todo lo que resultaría útil y de la impasibilidad de la naturaleza ante los propósitos del ser humano. Conmovedora.
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Nos vemos allá arriba
Pierre Lemaitre
Editorial Salamandra, 2014
Traducción de José Antonio Soriano Marco
Dos excombatientes de la IGM intentan sobrevivir a la postguerra entre la miseria de las clases populares y la opulencia de la misma sociedad que les mandó al frente. Novela de corte clásico con personajes entrañables, situaciones vivas y tensión hasta la última línea. Un homenaje al puro placer de la lectura.
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Vida y opiniones de Tristram Shandy, Caballero (Cómic)
Lawrence Stern/Martin Rowson
Editorial Impedimenta, 2014
Traducción de Juan Gabriel López Guix
Si la versión original es uno de los libros más jocosos de la historia de la literatura, esta versión en cómic recoge todo el buen humor de aquél y lo convierte en una espectacular gamberrada en la que se mezclan los personajes originales con alusiones metaficcionales y apariciones estelares. Un tributo a la buena literatura de un ilustrador (y lector) excelente. Una fiesta para la inteligencia.
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Historia del vértigo (Estratos II)
Camille de Toledo
Editorial Alpha Decay
Traducción de Juan Asís
II volumen  de la tetralogía Estratos. De Toledo explota una escapatoria para un género que algunos consideran agotado: la hibridación, bajo el paradigma de que lo real no es el mundo visible sino las líneas de código subyacentes. Unos acertados cambios en la voz narrativa consiguen acentuar el efecto parcializador y replantear, más allá de la revolución de las formas, el pacto autor-lector. Un proyecto muy interesante.
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Un hombre enamorado (Mi lucha II)
Karl Ove Knausgard
Editorial Anagrama, 2014
Traducción de Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo
Segunda entrega de la novela autobiográfica del noruego, ésta centrada en sus tempestuosas relaciones amistosas y sentimentales y los gozos y las sombras de la paternidad, también bajo una mirada cínica pero no por ello menos dramática. No alcanza la fuerza de La muerte del padre, pero el proyecto destila autocrítica a raudales, aparte de reflejar como pocos la salvación contra la mediocridad que significa la escritura.
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Paraíso
Donald Barthelme
Editorial Anagrama, 1988
Traducción de José Luis Giménez Frontín
Lo peor de algunos deseos, también los eróticos, es que se cumplan. En 1986 había un escritor capaz de escribir maravillosas barbaridades anticipando y apadrinando con sorprendente maestría la vanguardia literaria de fin de siglo. Alguien debería reformular conceptos como originalidad y economía de medios, más que nada por si algún arribista contemporáneo se le ocurre apropiarse de ellos. Imprescindible.
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Viaje musical por Francia e Italia en el s. XVIII
Charles Burney
Editorial Acantilado, 2014
Edición y traducción de Ramón Andrés
Burney pasea su intelecto y su oído por las fuentes musicales, visita a los grandes intelectuales del momento, se recrea ante las  manifestaciones artísticas de la antigüedad y contemporáneas, y escribe un diario que es un compendio de curiosidad, cosmopolitismo, talento y modernidad. Un  impresionante fresco del estado de la música y del arte barrocos en la Europa continental. 
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Mercier y Camier
Samuel Beckett
Editorial Confluencias, 2013
Edición, traducción e introducción de José Francisco Fernández
Vuelta de tuerca a las novelas de parejas de protagonistas, estos inseparables Bouvard y Pécuchet en versión caradura recorren la verde Erín en busca de improbables aventuras entre broncas, reflexiones y alguna que otra cogorza, esperando sin saberlo el día en que se convertirán en Vladimir y Estragón y se asentarán bajo un árbol a la espera de un tal Godot. 
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Payasadas
Kurt Vonnegut
La Bestia Equilátera, 2014
Traducción de Carlos Gardini
Leer a Vonnegut es prepararse para ser sorprendido: la trama no te atenaza, el suspense no te abduce, el estilo no te deslumbra; sin embargo, constituye una experiencia peculiar por las situaciones imaginadas, por el tratamiento estilístico, pulcro y esquemático, y porque el poso que deja su lectura perdura en el tiempo: la redención que no redime de la tristeza que no amarga por el amor... que no es más que "simple decencia". Hi ho. 
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Ciencia, filosofía y racionalidad
Jesús Mosterín
Editorial Gedisa, 2013
Exhaustivo pero inteligible compendio del rol conjunto e interdependiente que deben representar la ciencia como sistema de relación con lo real, la filosofía como marco de referencia para la discusión y la reflexión, y la racionalidad "como estrategia de optimización en la consecución de nuestros objetivos". En definitiva, un homenaje a aquello que nos hace humanos: la aventura de pensar y el placer de conocer.
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El libertino de calidad
Gabriel Honoré Riquetti, Conde de Mirabeau
Ediciones Siruela, 2014
Traducción, prólogo y notas de Mauro Armiño
Nacido con las Luces, compartiendo encierro con Sade -y precedido por Diderot y Voltaire- en el domjon de Vincennes, y muerto con la Revolución, Mirabeau redacta las memorias de un prostituto y sus relaciones con "putas, financieros y devotas" en plena efervescencia revolucionaria trasladando su probada elocuencia política al campo de la literatura voluptuosa.
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Confianza o sospecha. Una pregunta sobre el oficio de escribir
Gabriel Josipovici
Turner Publicaciones, 2002
Traducción de José Adrián Vitier
Analizando la obra de Homero, Dante, Shakespeare, el romanticismo, Proust, Kafka y Beckett, Josipovici distingue el escritor de oficio del escritor compulsivo y los relaciona con los sentimientos de confianza o sospecha acerca de una tradición que parece coartar al arte si se respeta pero que puede socavar a la propia definición de arte si se descarta. Original e interesante.
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20 de mayo de 2014

Payasadas

Payasadas. Kurt Vonnegut, La Bestia Equilátera, 2014
Traducción de Carlos Gardini
"La historia es una lista de sorpresas. Sólo puede prepararnos para ser sorprendidos de nuevo."
El género slapstick es una variedad del humor negro en contextos visuales caracterizado por episodios de violencia física que, no obstante su dureza, no se asocian al sufrimiento de dolor. Fue explotado con gran éxito por el cine mudo -los batacazos de Laurel y Hardy- para, después de la invención del sonoro, ser traspasado al cine de animación -las trampas destinadas al Correcaminos que se vuelven contra el Coyote-. En la actualidad, es un género cuestionado por los adalides de la corrección política debido a que postulan que las imágenes de violencia sin dolor pueden confundir al público sobre sus daños reales, pero también porque ven un signo de discriminación en el hecho de que sea generalmente el personaje más débil el que sufra los efectos de esa violencia. 


Dresde después del bombardeo. 
Kurt Vonnegut luchó como soldado en el ejército norteamericano en la II Guerra Mundial, fue capturado por los alemanes y fue testigo, como prisionero de guerra, de la destrucción de la ciudad de Dresde por los bombardeos aliados. 
"Los fascistas son gente inferior que se lo creen cuando alguien les dice que son superiores. [...] Y luego quieren que todos los demás se mueran."
Esta experiencia fue recreada en la que es seguramente su novela más conocida, Matadero Cinco (Slaughterhouse-Five, 1969), pero planea, explícita o implícitamente, sobre gran parte de su narrativa, al tiempo que confiere a su estilo un tono permanentemente triste y sombrío al que solamente el humor puede proveer de pequeñas dosis de esperanza.
"Idealmente, creo, la vida debería ser como el minué, la jiga o el foxtrot, algo que se aprende fácilmente en una escuela de baile."
Slapstick (Slapstick, or Lonesome no More!, 1976, adaptado para la pantalla en 1982 para la película Slapstick of Another Kind) es una novela que podría considerarse programática en la producción de Vonnegut, tanto por el tema como por sus personajes y el tratamiento narrativo de la acción. En un distópico futuro no especificado -los destellos de anticipación de Vonnegut, que trascienden la literatura de género, no son nunca relatos de conquistas científicas sino lamentos por insospechados descalabros civilizatorios en los que el tratamiento humorístico no desactiva de ninguna manera su capacidad explosiva-, el último presidente de los EE. UU. de América, descendiente de la saga Rockefeller (muchos de los personajes que aparecen en el libro, que se suponen supervivientes de una catástrofe, poseen los apellidos de las sagas empresariales más conocidas de América, como si el hecho de esa pertenencia les hubiera dotado de un pasaporte de supervivencia que no poseían las familias menos agraciadas económicamente) vive con su nieta de dieciséis años y el amante
Lobby del Empire State Building.
www.nydailynews.com
de ésta en las ruinas del lobby del Empire State Building, en un Manhattan aislado del continente. 
Como en la mayoría de distopías, el ser humano, el mundo y la civilización han sufrido una involución debida a unos explícitos desastres naturales y, se adivina implícitamente, a una repetida endogamia de las clases dominantes. Uno de los efectos de esa endogamia es la particularidad genética del protagonista y de su hermana, su discapacidad para vivir separados, particularidad que explotan en su propio beneficio, disimulando una capacidad intelectual sobresaliente mediante la adición de sus respectivas cualidades, y aprovechando las ventajas que les ofrece tener unos progenitores sobreprotectores. Es a partir de cuando éstos descubren sus amaños que son separados definitivamente.
"Eliza y yo podríamos haber tenido una vida larga y feliz en un asteroide si un día no hubiéramos mostrado nuestra inteligencia. [...] Y podríamos habernos divertido con nuestra creciente sabiduría, sin preocuparnos por su posible utilidad."
En esa situación irremediable, en la que si puede atisbarse cualquier tipo de variación será siempre a peor, El Último Presidente se limita a sobrevivir procurando por su familia, intentando paliar los efectos de unas sospechosas epidemias y muertes en masa que coinciden con la aparición de la Iglesia de Jesucristo El Secuestradofacilitando las buenas relaciones con sus vecinos e intermediando, en la medida de lo posible, que es más bien poco, en los conflictos con los reyezuelos autoproclamados que han surgido en las aglomeraciones de habitantes 
"Quedé impresionado. Comprendí que los países nunca podrían reconocer que sus guerras eran tragedias, pero las familias no sólo podían sino que debían hacerlo",
y haciendo la vida de todos sus "súbditos" más fácil; por ejemplo, ante un supuesto descenso de la natalidad provocado por la primitivización de la civilización y los cambios en el entorno físico, el protagonista inventa las "familias extendidas" mediante el sorteo de patronímicos como forma de recuperar los vínculos consanguíneos pero sin los inconvenientes que éstos conllevan: en definitiva, llevarse bien con los familiares consanguíneos no tiene tiene que ser forzosamente más fácil que hacerlo con familiares escogidos por azar.
"He tenido algunas experiencias con el amor, o creo haberlas tenido, aunque las que más me han agradado se podrían describir como "simple decencia". Traté bien a alguien por un tiempo breve, o quizá por un tiempo tremendamente largo, y esa persona me trató bien a su vez. El amor no tenía nada que ver."
Panorama sombrío, sin duda, un lugar común en la literatura de Vonnegut, al que, en el fondo, el omnipresente humor -una sonrisa helada, apenas un rictus- no puede más que enmascarar, dismular, ocultar... Un pesimismo humanista que limita la vida a la tarea de gestionar nuestra relación con la pena secreta que todos poseemos, y la búsqueda de una felicidad que sólo puede, si acaso, alcanzarse cuando somos capaces de descubrir esa pena secreta y de hacer compatible su existencia con el resto de nuestra vida.
"Me pareció una situación histórica cómicamente trillada. Aparte de las batallas, la historia de las naciones parecía consistir en que viejos impotentes como yo, saturados de medicamentos y vagamente amados tiempo atrás, puedan lamer las botas de jóvenes psicópatas."
Comenzar a leer un libro de Kurt Vonnegut es siempre prepararse para ser sorprendido: la trama no te atenaza, el suspense no te abduce, el estilo no te deslumbra; sin embargo, constituye una experiencia peculiar por las situaciones imaginadas, por el tratamiento estilístico, pulcro y esquemático, pero también porque el poso que deja su lectura perdura en el tiempo: la redención que no redime de la tristeza que no amarga por el amor... que no es más que "simple decencia".

Hi ho. 


Otros recursos relativos a Kurt Vonnegut en este blog:
Dice la tradición -ya se sabe, a la tradición se le puede hacer decir cualquier cosa- que Kurt Vonnegut es un "escritor para escritores"; sin entrar a fondo en el significado preciso de esta afirmación, y por si acaso algún lector ...

La figura de Vonnegut ha marcat el camí de tota una generació d'escriptors nordamericans. L'extraordinària traducció al català d'una de les seves obres fonamentals, una àcida sàtira de les atrocitats de la humanitat en la ...

Los relatos de Vonnegut son inquietantes como la espera en un quirófano, pero de uno del que saldremos diseccionados con apenas un ligero dolor y una leve sensación de desasosiego en el alma. Maestro reconocido de ...

4 de mayo de 2014

Una singularidad desnuda

Una singularidad desnuda. Sergio de la Pava, Pálido  Fuego, 2014
Traducción de José Luis Amores
"Yo no conozco a nadie que sea feliz de verdad pero no dejo de cruzarme con grupos de personas que van carcajeándose a causa de alguna barbaridad que me pierdo por los pelos."
Física para no físicos
Una Singularidad Desnuda es un concepto teórico derivado de la Teoría de la Relatividad General, complementario al de Singularidad Gravitacional o Espaciotemporal y que contradeciría la Hipótesis de la Censura Cósmica. Mientras que las singularidades en los agujeros negros estandard  siempre son invisibles debido a que éstos absorben también la luz, la teoría aboga por la existencia de agujeros negros cuya velocidad de giro provocaría que desapareciera la zona adyacente a las singularidades, el horizonte de sucesos, dejándolas visibles o desnudas
La singularidades espacio-temporales son un concepto teórico en física pero puede verse su materialización al analizar, por ejemplo, un sistema judicial: una entidad enorme que acumula tanta masa que las fuerzas que contrarrestan su poder e impiden su colapso dejan de afectarlo, lo que provoca que el sistema se repliegue sobre sí mismo y, en ausencia del equilibrio que le procuraban las fuerzas antagónicas, vaya adquiriendo progresiva y aceleradamente más densidad. Este repliegue acaba concentrando la entidad en un punto con una gravedad tal que ni siquiera la luz es capaz de sobrevivir a su atracción, en el que las leyes y los presupuestos dejan de tener significado y la transparencia desaparece. Una vez establecidas estas nuevas coordenadas, la ocultación ya no tiene ningún sentido; eliminada la totalidad de sus enemigos, la singularidad ya no tiene por qué seguir manteniendo la opacidad y puede desnudarse y mostrarse visible en todo su esplendor.


Casi -sustantivo, no adverbio- es un joven abogado de oficio de 24 años de ascendencia colombiana que trabaja en la Public Defender's Office de la ciudad de Nueva York, y que reparte su tiempo entre su actividad judicial propiamente dicha -de la que alardea no haber perdido ningún caso, aunque su función principal es conseguir que los acusados se declaren culpables en la vista previa y, mediante acuerdo con el fiscal, se eviten ir a juicio-; una colaboración desinteresada para impedir la aplicación de la pena de muerte a un convicto discapacitado mental de Alabama; la planificación de un atraco perfecto, propuesto por un mefistofélico colega maniático de la perfección; y su afición a la historia del boxeo. Esta es la trama que, a lo largo de más de setecientas páginas, desarrolla Sergio de la Pava en Una singularidad desnuda (A Naked Singularity, 2008), novela inicialmente autopublicada debido al rechazo de las editoriales a las que fue presentada -¿qué editor se atreve con una primera novela de esta extensión, cuya trama se muestra y se oculta continuamente? Seis años se dice que tardó en completarla- , y finalmente puesta en el mercado regular por la University of Chicago Press.
New York County Courthouse. Wikipedia.org
¿Se trata, por tanto, de un remedo de las novelas de John Grisham? Los elementos principales de ese tipo de ficción los posee: el crimen, las peripecias de la justicia, un aroma de thriller, numerosas tramas secundarias que enmarcan el tema principal... Pero más que remedo, se trata de un contrapunto; es decir, temáticamente, la otra cara de la moneda, la menos glamourosa y, por ende, la presumiblemente más real; porque el medio en que se desarrolla es el sistema legal de los Estados Unidos, es cierto, pero aquí el abogado estrella no vence, gracias a su laboriosidad y a la colaboración de algún Deus ex machina que se le manifiesta inesperadamente, sino que aparece ante el lector con todas sus grandes y pequeñas miserias.  Y estilísticamente, porque los recursos utilizados beben de la revolución posmoderna: el uso intensivo del diálogo y, en lugar de esa trama lineal clásica, un ir y venir de historias que, por más que enriquezcan la experiencia de la lectura, no son imprescindibles, clásicamente concebidas, para la comprensión del texto, pero sirven para "humanizar" al personaje y descompresionar la tensión -tal vez con la intención con la que reclamaba el cura en el escrutinio de los libros de la biblioteca de Don Quijote retazos de vida en los caballeros de los libros que leía y que encuentra, finalmente, en el Tirant Lo Blanch
"Dígoos verdad, señor compadre, que por su estilo es este el mejor libro del mundo; aquí comen los caballeros, y duermen y mueren en sus camas, y hacen testamento antes de su muerte, con otras cosas de que todos los demás libros de este género carecen."
El verdadero protagonista no es Casi, aunque éste posea la voz narrativa, sino el propio sistema legal americano, un sistema garantista que bajo el principio de alejarse de la dureza de la justicia en los países no democráticos acaba cayendo en la arbitrariedad, ya que falta de legislación deja al reo en manos de la mejor o peor preparación de su defensor; 
"Mi interés no está en lo que le sienta bien a tu alma sino únicamente en lo que le sien ta bien o mal a mi caso."
de este modo, más que la administración de la justicia, lo que se busca es la venganza de la sociedad (recuérdese la fórmula "el estado de (lo que sea) contra...) bajo una excusa legal. De hecho, una justicia que actúa como el sumidero de los elementos y procesos que el sistema democrático no puede asumir, una especie de escape que permite descompresionar el sistema.
"Estamos en una perrera en la que todo perro es carne canina de antojo caníbal."
El ambiente judicial funciona como marco general de la acción, pero le sirve también a de la Pava para dibujar un despiadado retrato de la condición humana posmoderna y de las relaciones interpersonales valoradas en términos de utilidad: no me importa quién seas ni cómo seas, me importa sobre todo para qué me sirves. Bajo esta perspectiva, ya no está tan claro cuál es, por ejemplo, el límite de la moralidad, o quién lo pone o quién debe ponerlo: ¿la Ley? ¿el Derecho?; ni tan siquiera si rige todavía el rousseauniano contrato social en los términos en que fue formulado: ¿qué sucede cuando las decisiones que afectan a la vida de uno no dependen de él mismo, cuando el principio que rige es la arbitrariedad?
"Qué se suponía que tenía que hacer a continuación, me pregunté. ¿Había siquiera un supuesto para esta clase de situación? Una situación en la que mientras veía alejarse mi pasado éste parecía en retrospectiva marcado por un orden y previsibilidad extremos pese a que todos los momentos parecían abedecer, y prometían seguir obedeciendo, su propio conjunto de normas fortuitas, reservadas e indiscernibles."
El mundo tal y como lo conocemos está desapareciendo engullido por el agujero negro del poder desmedido, la ambición ilimitada y las inconcebibles perspectivas de dominación de las organizaciones globales; y mientras tanto nosotros vivimos la ilusión de desempeñar trabajos humanamente gratificantes sumidos en una sociedad cuyas normas cambian a toda velocidad para que no podamos asimilarlas e hipnotizados por unos medios de comunicación -una de las subtramas es el caso de un bebé secuestrado y asesinado salvajemente por unos delincuentes de siete años, y que ha sido grabado en vídeo. y entretenimiento -"Televisión" se escribe con mayúscula- que insisten en facilitarnos ininterrumpidamente aquello que (juran que) les demandamos. Ya no es el trabajo lo que dignifica al hombre, sino el dinero; ya no es la pluralidad la meta, sino el índice de audiencia: desaparecido el mensaje, sólo resta el medio.

Matemáticas para no matemáticos
La existencia de horizontes de sucesos invisibles debido a un momento angular suficientemente alto es teorizada en la métrica de Kerr en el supuesto de un agujero negro que gira en el vacío. Transformando la métrica de Kerr en las coordenadas de Boyer-Lindquist, se puede demostrar que la coordenada r del horizonte de sucesos es: 
r_{\pm}= \mu \pm (\mu^{2}-a^{2})^{1/2},
donde \mu = G M / c^{2}, y a=J/M c. En este caso, "horizonte de eventos invisible" apela al hecho de que las soluciones son complejas para r_{\pm}, or \mu^{2} < a^{2} .
Los horizontes de sucesos invisibles también se pueden observar mediante la métrica de Reissner-Nordström de un agujero negro cargado; mediante esta métrica se puede demostrar que las singularidades se producen en 
r_{\pm}= \mu \pm (\mu^{2}-q^{2})^{1/2},
donde \mu = G M / c^{2}, and q = G Q^{2}/(4 \pi \epsilon_{0} c^{4}). De los tres casos posibles para los valores relativos de \mu y q, el caso en que \mu^{2} < q^{2} hace que ambas soluciones para r_{\pm} sean complejas. Esto significa que la métrica es regular para todos los valores positivos de r, es decir, que la singularidad carece de horizonte de eventos: se trata, pues, de una singularidad desnuda.
La sensación que deja en el lector tras las primeras líneas es el intento de de la Pava, un pecado común en el que incurren gran número de primeras novelas, de escribir la "novela total", tocar todos los registros posibles, incluir cualquier subtrama ni aunque sea remotamente relacionada con la trama principal y evidenciar el catálogo completo de sus poderes narrativos. 
[Nota al margen: una reflexión. Sería conveniente, como lectores, preguntarnos por qué somos tan exigentes a la hora de juzgar una primera novela de un autor desconocido y, en cambio, derrochamos benevolencia ante inanes textos puramente alimenticios de autores consagrados. Fin de la nota.]
Hay que seguir leyendo para darse cuenta de que esos fragmentos de escritura torrencial, esos diálogos que rozan el absurdo, ese maximalismo narrativo, no son más que la elección estética del autor y su intento por trasladar el medio en el que se desenvuelven los protagonistas a la parte formal de su literatura. 
"Sencillamente no paré de escribir y observé la cosa crecer hasta proporciones absurdas." [Esta es una reflexión de Casi relativa a la redacción de un informe que deberá presentar al Tribunal de Apelación del estado de Alabama relativo a la condena a muerte del reo discapacitado y no la respuesta de de la Pava a la hipotética pregunta de un periodista espabilado acerca de la extensión de Una singularidad desnuda.]
La sucesión ininterrumpida de lamentables casos legales, en la primera parte de la novela -que no da ningún atisbo de lo que sucederá después, como si el autor usara estas escenas como relleno, como forma de despistar al lector o, incluso, para caracterizar al personaje pero mostrándolo en el desempeño de su actividad en lugar de recurrir a discursos programáticos o a interminables descripciones-, relatada con una aproximación al formulario lenguaje jurídico, actúa a la vez como interrupción del desarrollo de la acción -como en toda novela posmoderna que se precie, la historia, la trama, no es el único objeto de interés- y como apuesta por la regularización del estilo creativo al meramente formal, al tiempo que retarda morosamente las escenas de acción de la segunda parte, que son acción pura. Pero es ese mismo lenguaje el germen de la propia acción: como sistema comunicativo, otorga estatuto de realidad a aquello que, antes de ser nombrado (escrito), sólo existe en potencia; del mismo modo en que alguien que no habla no existe para los demás; puede que exista para sí mismo, pero esto es irrelevante. En todo caso, esa radical compartimentación -es posible leer ambas partes independientemente y, aunque la conexión es indudable y no se comprenden la una sin la otra, narrativamente funcionarían con independencia- es uno de los mayores logros de la novela al aislar las dos facetas del protagonista, con conexiones circunstanciales, que constituyen su verdadera caracterización, a la vez que la atomización, en lugar de desviar la atención, actúa como reforzamiento para sus temas principales.
Nueva York bajo los efectos de un apagón
Los cuatro escenarios principales en que se desenvuelve la acción en los citados anteriormente poseen cada uno su propia idiosincrasia en el texto y cada uno es relatado mediante un sistema de signos acorde con la temática; la práctica ausencia de trama y de conflicto, por ejemplo, en la primera parte del texto, y la omnipresencia del diálogo, componen una serie de cuadros interrelacionados que se acercarían más a la colección de relatos con un mismo protagonista y una misma temática que a los capítulos de una novela. La justificación: el tema es principalmente de fondo legal, y su materialización sigue el texto de lo que se asemeja a una transcripción del juicio que llevan a cabo los estenotipistas del juzgado.
No cabe duda de que la sombra de David Foster Wallace es alargada, en cuestiones estilísticas igual que de fondo -y no sólo por la extensión y un cierto efecto "bola de nieve" con la adición de temas que acaban convirtiendo la novela en una summa-, como en el uso de la ironía como arma de la crítica del sistema por su capacidad de escondrijo de la tragedia. Programáticamente al menos, Una singularidad desnuda es la materialización definitiva de lo que en El rey pálido (The Pale King, 2011) quedó como proyecto inacabado: la crítica desde dentro, desde las mismas entrañas de un régimen corrupto y corruptor -allí la administración tributaria, aquí la administración de justicia- que pone en evidencia la capacidad autofagocitadora de un sistema, originariamente proyectado para asistir al ciudadano y preservar sus derechos, cuya única preocupación es su autoconservación. Estilísticamente, la sombra del Jota Erre (JR, 1975) de William Gaddis planea sobre sus delirantes diálogos -en modo surrealista los que sostiene con los acusados a quienes tiene que defender, en modo legal en las intervenciones ante el tribunal, o sarcásticamente filosóficos cuando tienen lugar con sus compañeros de profesión o con los peculiares vecinos teleadictos-, y en un sentido más amplio, la estupidez de las formas jurídicas recuerda algunos pasajes de esa otra obra maestra, Su pasatiempo favorito (A Frolic of His Own, 1994). De la Pava se desenvuelve con soltura en la multiplicidad de registros que emplea con un manejo de veterano: a los ya citados cabe añadir, por ejemplo, las largas, y a menudo vitriólicas,  reflexiones del protagonista; o el uso del más aséptico estilo periodístico cuando repasa las historias referidas al boxeador profesional Wilfred Benítez; o, finalmente, los ritmos y clichés del más puro thriller cuando relata el atraco. Por no hablar de las digresiones al modo de Pynchon o los débitos de estilo con Don DeLillo, claro.
Una singularidad desnuda es una novela tan ambiciosa como excéntrica, tan lúdica como embriagadora, tan inteligente como afectada, tan hipnótica como imperfecta, tan cómica como apasionada, tan compleja como profunda, tan oscura como divertida, tan detallada como torrencial, como ver los setenta capítulos de The Wire en una sola sesión, como una imposible partida de ajedrez en la que no se capturaran las piezas. No es un libro fácil porque su lectura requiere no sólo afilar la atención sino una completa inmersión, pero en la dificultad se encuentra, a menudo, la gratificación. Un deslumbrante debut que ningún lector ambicioso debería perderse.