31 de enero de 2015

Lecturas de enero

Propósitos
Empieza un nuevo año de resúmenes de lecturas y, como es habitual, con nuevos propósitos. Teniendo en cuenta que el tiempo que puedo dedicar a lectura es forzosamente limitado -el tiempo para la lectura siempre es limitado- y que estoy convencido de que la mayoría de buenos libros, sin desmerecer algunos que se editan bajo el extraño nombre de "novedades",  se publicaron hace años, me planteo el propósito de no cegarme con los libros recién publicados y hacer más caso a los clásicos o a aquellos que, sin serlo, parecen haber superado con buena salud un tiempo prudencial, y reservar tiempo también para las relecturas.
Seguiré anotando en estos resúmenes solamente aquellos libros que he leído en su totalidad; los que, pasadas unas páginas, dejan de interesarme, o los que, simplemente, son malos desde el principio, en definitiva, aquellos que no merecen ni siquiera el tiempo que se les pueda dedicar, seguirán sin aparecer por aquí. No busquen en este blog, pues, reseñas negativas: no las hay.
Finalmente, sigo sin estar satisfecho con las calificaciones, aunque no se me ha ocurrido otro sistema que el de las *****. Sin  embargo, a partir de ahora, aparecerá otra calificación: HC, hors catégorie, como los puertos excepcionales del Tour de France, reservada para aquellos libros para los que no tiene ningún sentido -ni ninguna utilidad: ¿cómo voy a calificar El Quijote, o Crimen y castigo, o Ulises?- la calificación ya que su calidad ha sido ampliamente contrastada a lo largo del tiempo por voces más autorizadas que la mía.
Bienvenidos de nuevo. Allá vamos.
Los reconocimientos. William Gaddis. Editorial Sexto Piso, 2014
Traducción de Juan Antonio Santos. Prólogo de William H. Gass
Dice William H. Gass que los grandes libros no pueden explicarse, así que tanto ésta, que no existirá y que se reduce a las entradas anteriores encabezadas por el título del libro, que pretendía ser elogiosa, como el resto de referencias -mucho más fundamentadas y profesionales- a Los reconocimientos no son más que una versión reducida, falsa y prejuiciosa que proviene de una lectura pobre y parcial, que intenta, pretenciosamente, que la opinión del firmante prevalezca por encima de la intención del autor, que ni ha pedido ni necesita intérprete. Abandonen sus prejuicios -¡mira quien habla!- y lean Los reconocimientos, o se arrepentirán.
Notas de Lectura completas en: http://jediscequejensens.blogspot.com.es/2015/01/los-reconocimientos-iv.html
HC
¡Despidan a esos desgraciados! jack greenAlpha Decay, 2012
Traducción de Rubén Martín Giráldez. Prólogo de José Luis Amores
"Crítica sobre la crítica" podría significar el colmo del solipsismo, pero green resuelve con habilidad la salida de ese callejón porque en lugar de complacerse  con los clichés usuales, deconstruye razonamiento tras razonamiento, párrafo tras párrafo y arrasa y nivela unas críticas impresentables, zafias, ignorantes y pretenciosas, aplicando un criterio razonable y comedido: se puede instruir un proceso contra una obra de arte, lo que no se puede es dictar una sentencia."
Un libro curioso y especialmente conveniente no sólo para los lectores -partidarios o contrarios- de Gaddis sino para todos aquellos que, acríticamente, devoramos las reseñas de los periódicos, de los suplementos culturales y de los miles de blogs, incluido éste, y caemos en la tentación de dejarnos guiar por sus directrices.
Nota de Lectura completa en: http://jediscequejensens.blogspot.com.es/2015/01/los-reconocimientos-v.html
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En busca de la verdad. Thomas Berhard. Alianza Editorial,  2014
Traducción de Miguel Sáenz
Cartas, comunicados y entrevistas, de relativa importancia si se compara con su verdadera obra literaria, efectuados a lo largo de toda su vida, para que Bernhard pueda desplegar su ingenio, su mala baba y su fama, laboriosa y minuciosamente adquirida, de amargado, blasfemo, brutal, cascarrabias, chovinista, clasista, colérico, comediante, cómico, crítico, decadente, deprimente, desesperado, destructivo, doliente, elitista, engreído, exagerado, exasperante, fanático, genial, grotesco, horrible, independiente, insólito, intimidador, irónico, malcarado, malhumorado, misántropo, misógino, oscuro, perverso, prepotente, presumido, pretencioso, provocador, renegado, retorcido, sarcástico, sectario, sensible, solitario, temible, terrible, tiránico, trágico, violento, virtuoso, vital y absoluto genio. Relativamente interesante para neófitos en el austríaco, imprescindible para mitómanos. 
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Anatomía de la memoria. Eduardo Ruiz Sosa. Editorial Candaya, 2014
Anatomía de la memoria es, sin duda, una obra grande, procedente del Svalvard donde, dicen, están depositadas las semillas del futuro de la literatura en lengua castellana -hay quien asegura que lo mismo sucede con otras lenguas, como el inglés y las antiguas colonias de ultramar, o el portugués y África-. En todo caso, habrá que seguir a Ruiz Sosa en el futuro para confirmar que no se trata de una excepción y que la asimilación que muestra de los clásicos de la literatura hispanoamericana nada tiene que ver con el azar o con la inspiración: una apabullante riqueza de vocabulario sumada a un uso sobresaliente del ritmo narrativo y a una propuesta también formal -y que aquí no se ha podido reproducir debido a las limitaciones de la tecnología de Blogger- que no se agota en la originalidad extrema de su planteamiento.  Anatomía de la memoria es ambiciosa pero no pedante, arriesgada pero no imprudente, valiente pero no temeraria; un texto inteligente que obliga al lector a perseguir una trama que se escurre, se ramifica, avanza y retrocede, en un ejercicio estilístico de gran complejidad, un reto que no dejará indiferente al lector experimentado. Uno de las mejores novelas en castellano de 2014; no se la pierdan.
Nota de Lectura completa en: http://jediscequejensens.blogspot.com.es/2015/01/anatomia-de-la-memoria.html
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Sueños de trenes. Denis Johnson,  Penguin Random House, 2015
Traducción de Javier Calvo
Existen novelas que avanzan como un reloj de cuerda, en el que el paso del tiempo se intuye pero, si miramos las manecillas, no se ve; otras avanzan como un reloj de arena, en el que el tiempo transcurrido se va acumulando fruto del constante trasvase de arena del bulbo superior al bulbo inferior; otras, en cambio, avanzan como un metrónomo, en el que el tiempo absoluto no existe porque lo que importa es el constante martilleo de cada brazada.
Con una trama aparentemente sencilla y un tratamiento narrativo distante y desapasionado, Johnson consigue no tanto entristecer al lector como inquietarlo, provocarle incluso algo parecido a un cierto malestar por "estar presente" en el desarrollo de una historia tan terrible. Pero el verdadero acierto del relato es lo reducido de su extensión, la concentración que provoca esa cortante brevedad, que permite leerla en una sola sesión -se lo recomiendo- sin la posiblidad ni de distracción ni de reelaboración de la trama: Sueños de trenes no un fuego que consume sino un disparo seco y certero al centro de la cabeza del lector.
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Un hombre muerto en Deptford. Anthony Burgess. Alfaguara, 2008
Traducción de Ramón García
La recreación de la muerte de Christopher Marlowe, coetáneo pero no rival de William Shakespeare, enmarcada en la oscura época isabelina, punteada por hechos y personajes históricos pertenecientes tanto al bajo mundo de la farándula como de la alta política, las intrigas en materia religiosa pero también el caldo de cultivo de conspiraciones y extrañas alianzas entre imperios en que se debatía el futuro del mundo civilizado, en una apasionante novela histórica narrada por un testigo de la época -y al que la traducción no le hace la justicia que se merece-, en la que Burgess, bajo la sempiterna sombra de Joyce y con la impedimenta de la erudición del especialista, dicta otra lección de literatura. Como en las buenas novelas, Burgess no sólo requiere la plena atención del lector sino que exige también un bagaje de alto nivel de exigencia para percibir y relacionar la infinidad de referencias históricas y culturales pertenecientes al mundo isabelino, pero no exclusivamente, que va esparciendo, en clave casi hermética, a lo largo del texto. Impresionante.
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