10 de junio de 2016

El viajero de Altruria

El viajero de Altruria. William Dean Howells. Tropo Editores, 2016
Traducción de Irene Oliva Luque
"Ah, no deben ir a Altruria. Deben dejar que Altruria venga a ustedes."
El señor Homo, un viajero de un lejano, aislado y oculto país insular llamado Altruria -un nombre suficientemente explícito- llega a los Estados Unidos de América para una estancia prolongada; a medida que transcurre el tiempo y se acrecienta su conocimiento del país, se le hacen patentes las contradicciones que la civilización contiene a la luz de la razón.
"¿Era de verdad un hombre, un ente humano, una persona como nosotros, o no era más que una especie de solución espiritual, enviada para que el momento precipitase toda la sinceridad que hubiese en nosotros y para mostrarnos cuál era la verdad en cuanto a nuestra forma de relacionarnos?"
La literatura ha empleado el motivo del viaje a un nuevo país donde las circunstancias son distintas de las del origen del viajero en multitud de ocasiones -particularmente durante y después de la Ilustración-, generalmente bajo dos variaciones: cuando el individuo procedente de un país civilizado viaja a un país más atrasado y descubre sus ventajas, y el del viajero cuyo origen es una tierra aislada del progreso que emprende viaje a un país más refinado y se apercibe de sus carencias. El viajero de Altruria (A Traveller from Altruria1894) es una parábola, una novela filosófica de cuando todavía se escribía este tipo de novelas, que se enmarca en el segundo caso de los citados; no se trata de un viaje a Utopía, sino que es la propia Utopía, personalizada en un individuo representativo de aquella sociedad, la que se traslada a la sociedad imperfecta. Inscrita en la tradición del diálogo filosófico del Siglo de las Luces, a diferencia de éstos, los conflictos no se desarrollan entre la aristocracia y el pueblo sino entre los oligarcas y los sometidos; se trata pues de un testimonio del camino que ha recorrido la utopía desde sus inicios, desde textos como Utopía de Tomás Moro o La nueva Atlántida de Francis Bacon, hasta finales del siglo XIX, itinerario en el que este concepto ha ido cediendo contenido filosófico para dotarse gradualmente de argumento de carácter social. 
"Aún estamos lejos de pensar que nuestra civilización sea perfecta, pero estamos seguros de que nuestros ideales cívicos son perfectos. Lo que ya hemos logrado es garantizar a todo un continente la paz perpetua, fundar una economía en la que no existe la posibilidad de miseria, poner fin a la ambición social y política, dejar de utilizar el dinero y eliminar el azar, hacer realidad la hermandad de la raza y vencer el miedo a la muerte." [Parlamento del señor Homo a sus anfitriones] 
La crítica real se este tipo de textos consiste en poner en evidencia ante los satisfechos habitantes las carencias y las contradicciones de su "sociedad perfecta" desde un supuesto escalón inferior de civilización, revelando, en este caso, como el más puro sentido común lo que es visto como candidez por los americanos.
"No resultaba fácil dar por sentada la inocencia que suscitaba la consulta de mi amigo altruriano. Las dudas relativas a su sinceridad era algo que ya había experimentado con anterioridad, y estaban destinadas a acosarme, igual que ahora, una y otra vez. Lo primero que pensé fue que claramente estaba probando conmigo una muestra de ironía barata, una mezcla del débil sarcasmo y la falsa sensiblería que nos hace sonreír cuando aparece en las filípicas de los agitadores industriales. Por un momento no supe si había sido víctima de un representante sindical de vacaciones, que dedicaba su ocio estival a recorrer el país disfrazado de viajero de Altruria y a endosarse a personas con las que no tendría nada que ver con su verdadera personalidad. Pero al instante me percaté de que era imposible."
La sociedad americana está representada por unos personajes que rozan el estereotipo: al novelista y narrador se unen un banquero, un sacerdote, un abogado, un médico, un profesor y un industrial jubilado, una dignísima representación de las fuerzas vivas de aquella sociedad. La perplejidad del altruriano, patente ya en los primeros encuentros con los aborígenes, se va incrementando teniendo en cuenta que el país que visita está bajo la férula de la doctrina protestante más estricta; su sorpresa habría existido de todas formas, pero quizá no hubiese sido tan súbita si hubiera viajado a un país católico. Tal vez teniendo en cuenta este condicionante es por lo que el señor Homo es visto como un peligro por las fuerzas vivas locales, ya que pone en cuestión, razonadamente, los principios rectores, fundamentalmente aquellos que se apoyan en la desigualdad, de la sociedad norteamericana.
"A todos nos complace conocer la realidad, siempre y cuando no se espere que hagamos nada al respecto; en ese caso, la negamos."
La presente edición de Tropo Editores en la primera traducción de esta obra al castellano y una de las pocas disponibles del total de la producción del autor, particularmente prolífico en varios géneros literarios; ni siquiera su obra tal vez más conocida, Indian Summer, cuenta con traducción española. Es increíble, y esto no tiene nada que ver con la reseña, es solamente una reflexión en voz alta, la cantidad de excelente literatura que, por dejadez o por ignorancia, permanece inalcanzable para el lector en castellano.

Calificación: ***/*****

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