4 de marzo de 2019

Un futuro hogar para el dios viviente

Un futuro hogar para el dios viviente. Louise Erdrich. Ediciones Siruela, 2019
Traducción de Susana de la Higuera Glynne-Jones
A pesar del reconocimiento unánime de crítica y público en los Estados Unidos, de haber dado voz literaria a la comunidad indígena y de haber sido favorecida con numerosos premios -entre ellos, en National Book Award en 2012 por La Casa Redonda-, la obra literaria de Louise Erdrich no ha conseguido, ni aun con la insistencia de Editorial Siruela, que lleva publicando gran parte de su producción narrativa, el eco que se merece en sus ediciones en castellano. Su última obra publicada, Un futuro hogar para un dios viviente (Future Home of the Living God, 2017), ahonda en la brecha social que separa las comunidades americanas de distinto origen y esboza un futuro distópico centrado en la gestación, tanto más alarmante en función de la proximidad con que se percibe su advenimiento.
"Tengo el presentimiento de que, en vez del pasado, lo que nos atormenta es el futuro."
El texto que contiene Un futuro hogar para el dios viviente es el registro escrito por Cedar Hawk Songmaker, una mujer de origen ojibwe adoptada por una familia de origen británico con dimicilio en Minneapolis, dirigido al hijo de quien está embarazada, acerca de los extraños sucesos que parecen estar sucediendo y que se concretan en lo que se adivina como una involución social y biológica del estatus actual de la vida en el planeta. 
"""La evolución se ha detenido", declara el presentador de alguna tertulia radiofónica. "De hecho, ¡podría estar en plena regresión!". Si resulta ser cierto que cada partícula de lo que pueda ver y no ver, que todo lo que esté vivo, y quizá no vivo también, está ajustando las velas, virando y poniendo rumbo a puerto, ¿qué significa? ¿Adónde nos dirigimos? De hecho, ¿es muy diferente del lugar al que nos dirigíamos en un primer instante? Quizá todas las criaturas de la creación, desde la polilla de la manzana hasta el elefante, no fueran más que un pensamiento con todo lujo de detalles en que Dios estaba absorto para elaborarlas, cuando de pronto Dios se quedó dormido. Por lo tanto, solo somos una idea. Incluso en posible que Dios haya decidido que somos una idea en la que ya no merezca la pena pensar más."
A pesar de su relativa comodidad en su entorno social, Cedar, conocedora de su origen, vive en una permanente crisis de identidad étnica, en un sentimiento de extravío vital, de desubicación, de búsqueda de identificación grupal. 

La visita a su familia biológica residente en una reserva india, una visita harto incómoda para todos los implicados, despierta en Cedar multitud de sentimientos encontrados: la pena por la pérdida del origen, pero también la ira hacia quien la abandonó negándole unas posibilidades  que, aunque no podían competir con las que disfrutó con su familia adoptiva, le pertenecían. La entrevista con su madre, en este aspecto, es reveladora: el anhelo de conocimiento que la ayude a recomponer su historia personal y a integrar sus raíces -un pasado que considera robado por culpa de quien la dio en adopción-, y la nómina de agravios contra su madre, la responsable de su desubicación, no tanto por cederla en adopción como por haber regresado y haberse hecho presente cuando ya no hacía ninguna falta. Pero allí conoce también a Eddy, la pareja de su madre, un tipo que también parece desplazado no tanto en el espacio como en el tiempo, que se presenta situado muy por encima del nivel intelectual y social medio de la reserva, y cuya falta total de empatía, paradójicamente, la conduce a hacerle más confidencias de lo que parecería aconsejable.
"Se me ocurre que quizá mi identidad, el momento en que nos encontramos en el tiempo, el fangoso río de la realidad, todo eso está envuelto en sombras."
Parece que el embarazo ha provocado en Cedar un cambio, no ya de objetivos vitales, sino incluso en su percepción de todo aquello que la rodea. Sin ningún tipo de injerencia exterior, se apercibe de que la vida acomodada de estilo occidental puede haber actuado como una pantalla que la ha aislado de la realidad -o que le ha permitido acceder solo a una parte, la que tiene que ver con su entorno-; una situación que se le hace evidente cuando regresa a sus orígenes.
"Algo está destruyendo el modo de vida que existía. Todo ha cambiado mientras yo no estaba mirando y lo ha hecho sin previo aviso."
Esta regresión personal parece tener un reflejo en la naturaleza: algunos indicios conducen a la conclusión de que el proceso evolutivo se ha detenido. Nadie es capaz de formular una hipótesis definitiva, y se ignoran tanto las razones como la dirección, si la hay, de esa involución, pero la humanidad parece abocada a la extinción en unas pocas generaciones después de un imparable proceso de degradación. De forma paralela, a medida que la humanidad va acercándose a su extinción, el feto que gesta Cedar sigue su desarrollo.
"Hacemos planes para quedarnos, huir, escondernos, vivir con normalidad. Decidimos mantenernos vigilantes y después discutimos sobre si la vigilancia es una estrategia [...]. El intenso tono dorado y anaranjado del sol es pura nostalgia. Un fulgor antiguo ya muda de piel sobre esta hermosa vida que compartimos. Me siento cada vez más apesadumbrada, varada en la silla del jardín. Todo lo que yo diga, todo lo que mis padres digan, el ocaso de las amistades, el sabor fuerte a limonada, el vino en el paladar, los graznidos de los pájaros adormilados y los chillidos de las ardillas lanzándose sin miedo desde lo alto de las ramas de los viejos arces y acacias de tres púas, todo esto se acaba. No habrá otro agosto en la Tierra, ninguno como este; no habrá esta clase de naturalidad o precisión. Los pájaros cambiarán, las ardillas se caerán, y ¿quién recordará cómo hacer vino?"
Tal vez el ser humano adoptó como nueva divinidad a la tecnología cuando la religión ya no abarcaba lo suficiente como para procurar respuestas a las nuevas preguntas; pero el día que la tecnología, como hicieron los dioses antiguos, traicione la confianza que el hombre ha depositado en ella, quizás este busque, con la mirada ávida, de nuevo a los viejos dioses, reabra los templos, vuelva a los olvidados rituales y edifique, sobre las cenizas de los circuitos colapsados una nueva doctrina religiosa que le alivie de la soledad de su cueva. 

En todo caso, la religión, sean las creencias elementales de los habitantes de las grutas o los sistemas complejos de las religiones institucionalizadas, es siempre una excusa para la dominación, la detentación del poder y la represión; y en un mundo en el que la ciencia ha dimitido y la tecnología ha colapsado, los dioses recuperan todos sus atributos para ponerlo, como siempre, al servicio del poder. Y si alguna fijación posee este diabólico tándem, tiene que ver, de forma invariable, con la capacidad de gestación, de alumbrar una nueva vida: no existe peligro mayor para esa coalición que el cuerpo de la mujer y que ese acto de libertad suprema que es la concepción.
"Nos quedamos abrazados mucho tiempo, en silencio, respirando sin más. Al cabo de un momento le pregunté quién estaba al mando. Phil dijo que Dios. Le dije que esa era la cosa más aterradora que había oído, y él me contestó: "Sí, yo también. Por eso compre los fusiles de combate Bushmaster"."
Parecería que si el fin del mundo, inevitable, ha sido enunciado en multitud de ocasiones por los autores canónicos de la literatura judeo-cristiana -e incluso se diría que es ansiado por los verdaderos creyentes, pues va a ser en ese hecho supremo, cuando se va a aplicar la esperada justicia divina-, ante cualquier atisbo de acercamiento, los detentadores del poder terrenal y del religioso, procuran situarse en una posición favorable a sus intereses seculares, y dejando al grueso de la población en un atormentado sálvese quien pueda sin normas ni reglas, y que se convierte, de este modo, en una de las razones de su propia extinción: gestionar la escasez, implementar milicias que defiendan su provecho y manipular la religión para que actúe, una vez más, como sistema represivo incuestionable y universal. La democracia se convirtió en tecnocracia, y esta en teocracia: de la Constitución al logaritmo, y de este, vuelta a la Biblia. La tecnocracia y la teocracia no son tan distintas, ambas se basan en la dominación ejercida por un grupo que posee acceso reservado a una información con la que puede ejercer el control total; o sí, puede que sean diferentes, pero esto no quita que se complementen a la perfección.
"Al contemplar la densa y sonora vegetación detrás de la casa durante el día, pienso en lo felices que Phil y yo podemos ser físicamente. Cuando eso sucede, cierro los ojos y escucho el rugido y parloteo del mundo que pasa a mi lado como un torrente. Nosotros también pasamos a toda prisa. El viento nos azota a su paso. Duramos tan poco. Somos un diente de león de un solo día. Una semilla que se desliza por el hielo. Somos una pluma que cae del ala de un pájaro. No sé por qué nos fue dado ser tan mortales y tan sensibles. Es una broma cruel y gloriosa."
El poder, omnívoro pero invisible, pone en marcha toda su capacidad de comunicación y propaganda, de las cuales el eufemismo es la viga maestra, y el establecimiento de una neo-lengua para nombrar viejos conceptos con su denominación antagónica: el control de la natalidad se encarga a una "Sociedad Protectora de los No nacidos"; la tortura para conseguir delaciones se administra en unos "seminarios de la verdad" de inspiración claramente hispano-inquisitorial.
"Las únicas personas que conocen la verdadera definición de tortura son aquellas que han sido torturadas, dice. Es inútil y resulta abominable pedir a los torturadores que definan ese acto. A no ser, por supuesto, que accedan a someterse a lo que definen, no tienen ninguna autoridad para hablar del tema. No hay título académico que valga. Ningún doctorado. Ninguna placa de abogado. Ningunos estudios. Ninguna referencia a precedentes o principios. Lo único que vale en la definición es el verbo hecho carne. El cuerpo tiene la última y única palabra."
Parece que la última esperanza para detener la involución es la implantación de una variedad de eugenesia consistente en conservar los pocos bebés que nacen sin alteraciones en su ADN -como semillas no modificadas genéticamente-, quitándolos a sus madres recién nacidos, combinarlos con muestras clínicas de gestación antiguas, supuestamente libres también de modificaciones, y reclutar mujeres fértiles para la gestación de nuevos individuos.

El sistema es una máquina bien engrasada, un contenedor sin fisuras, una muralla inexpugnable, de modo que la única esperanza para sobrevivir es contactar con los pocos y aislados disidentes -cuidando de no confundirse y meterse sin querer en la boca del lobo; la confianza es un bien escaso en las dictaduras, y la delación el mejor método para alejar la sospecha de uno mismo- y aprovechar la menor oportunidad para huir. La realidad tal como era conocida ya no existe; una parte de ella está formada por las propias vivencias, esas en las que uno se reconoce como sujeto y que aparenta estar regida por concretas dosis de libertad, aunque ya no pueda reconocerse o, tal vez, se trate solo de un espejismo o de un delirio porque va perdiendo prevalencia y materialidad, convirtiéndose en lo que parece un puro constructo mental. Porque por encima de esa realidad personal, privada, se impone la construida mediante el relato generado por el poder, omnipresente, incuestionable, el definitiva, Real. La supervivencia, ante esa situación, depende o de la sumisión total a esa realidad impuesta o de la capacidad de hacerlas compatibles en función de la situación, en decir, de la adaptabilidad.
"¿Y qué clase de ser soy en realidad? Primero descubro que soy realmente hija de mi padre, descendiente de un linaje que se remonta hasta Ricardo Corazón de León. Después, averiguo que mi herencia también está relacionada con un siniestro hombre azul que impregnó a mi abuela en un sueño. Y tú, con Phil de padre, un hombre que causó daño cuando intentaba no hacerlo, llevas dentro de ti la paciencia de los antepasados que trabajaron la piedra. A veces pienso en la bolsa de sorpresas con etiquetas y fotografías que rescaté de la planta de reciclaje, la fascinante colección de imágenes y palabras impresas. Sin quererlo ni hacer nada para ello, estoy creando un collage de ADN y sueños, todas esas palabras hechas carne, y lo hago incluso mientrad duermo."
Calificación: ****/*****

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con la ayuda de un hombre llamado Dr.Ogbes pude quedar embarazada. Tengo 56 años de edad, fue muy difícil para mí quedar embarazada, aunque mi esposo me ama, pero realmente me dolió no tener mi propio hijo, pero después de muchos años me encontré con el Dr. Agbes cuya dirección de correo electrónico es Landofanswer@hotmail.com o puede contactarlo directamente en su número de teléfono +2347050270227. Me dijo que me enviaría unas Hierbas para que las bebiera, y que quedaría embarazada una semana después de las Hierbas. Tengo 7 meses de embarazo y también me gustaría Aconseje a todos los que busquen ayuda para quedar embarazada que se pongan en contacto con este hombre a través de su dirección de correo electrónico en Landofanswer@hotmail.com o llamen a su número de teléfono celular +2347050270227.