Por el país de Montaigne. Adolfo Castañón. Paidós México, 2000
Interesante y variado texto de introducción a Montaigne y a los Ensayos, sugestivo cuando trata el entorno geográfico e histórico, un poco más cuestionable cuando mezcla la incidencia de la religión católica. A título de muestra, algunas citas extraídas del texto:
«Montaigne participa de estas dos connotaciones: es un apóstol de la sobriedad y un hombre tradicional en el sentido más vigoroso de la palabra, a tal punto que se ha dicho de él que es el más moderno de los antiguos y el más antiguo de los modernos, en virtud de esa sobriedad radical que le hace disolver las ebriedades de la guerra y del amor, del narcisismo cultural y del fanatismo religioso, disipar los vértigos y las borracheras que nos ayudan a esconder nuestra soledad radical y soslayar la solidaridad de nuestros microcosmos humano con el cosmos. Montaigne, autor clásico, nos invita a preguntarnos qué es un autor, qué es un autor clásico».
«Montaigne, el principal precursor del pensamiento moderno anterior a Descartes, es el maestro de un nuevo paganismo, el heredero moderno de la tradición clásica en quien se cumple una pedagogía del escepticismo y de la relatividad que lo confronta y separa de un cristianismo que le resulta, por lo demás, indiferente».
«El trabajo que va del Diario de viaje a Italia a los Ensayos se cumple como una elaboración que decanta la comedia trivial del enfermo itinerante, del viajero que ha sabido hacer de su enfermedad un pretexto para el paseo, elevándola a una segunda potencia donde la geometría se ablanda, la filosofía se hace chismosa, da razones menores desistiendo de la majestad de la razón universal y así abre una escena cómica para las ideas que resuelve el misterio tremendo en ironía».
«La primera experiencia del autoconocimiento es la del conocimiento de la debilidad de nuestros juicios y creencias».
«Para ser plena, la experiencia exige ser pensada. Pide el paso de la razón por la impronta y la impresión, por el recuerdo; exige que la trama de la memoria sea anudada por el pensamiento y la razón, por un lenguaje que al cobrar plena fuerza se dará como experiencia. Pues el lenguaje solo cobran verdaderamente el peso de su nombre cuando vida activa y vida contemplativa, vida política y vida teorética se presupone y queda la sensación de que la vida es un ir andando en pos de ese darse cuenta, de esas razones para vivir y aun para sobrevivir, para educar y morir en paz habiendo delegado y enriquecido todos y cada uno de los dones recibidos».
Me permito copiar aquí algunas de las Notas de Lectura registradas en mi cuaderno:
La filosofía murió el día en que abandonó el jardín, el salón o el gabinete del estudioso y se recluyó en la universidad, cuando abandonó el sendero teorético para sucumbir en el teórico.
A la estupidez hay que dejarla a su aire porque no hay guerra más infructuosa y estúpida que aquella que intenta combatirla.
La particularidad de los Ensayos : el autor es el personaje.
Flâneur avant la lettre contra la melancolía producto de la holganza: "no lo emprendo ni para regresar ni para concluirlo; solo lo emprendo para moverme mientras el movimiento me gusta. Y me paseo por pasearme".
Uno de los mayores logros de los Ensayos es la ausencia de conclusiones.
No sé si sé.
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