Carbono alterado. Richard Morgan. Editorial Minotauro, 2005 (agotado) Traducción de Marcelo Tombetta y Estela Gutiérrez |
"Respiré hondo y me miré en el espejo. Es siempre el momento más difícil. Hace casi veinte años que lo hago y sin embargo mirarme en el espejo y encontrar en él a un completo extraño sigue sorprendiéndome. Es como estar ante un autoestereograma. Al principio lo único que se puede ver es a un extraño mirándote desde una ventana. Luego, ajustando el enfoque, te sientes flotar detrás de la máscara y adherirte a ella mediante un shock casi físico. Es como si te cortaran el cordón umbilical, pero en lugar de separar las dos partes, la sensación es que la otra parte resulta eliminada y tú acabas solo frente a tu propia imagen."Takeshi Lev Kovacs, antiguo funcionario de la ONU en funciones de gobierno galáctico, es un humano digitalizado refundado y enviado a la tierra como detective privado para investigar la muerte de Laurens Bancroft -asesinato, según su versión; suicidio, según la policía-, un magnate de Bay City.
Con la estructura subyacente de la novela policíaca, Carbono alterado (Altered Carbon, 2002) especula acerca de una posible reformulación de la muerte, que desaparece del horizonte de posibilidades y que, por tanto, pierde incluso el carácter de castigo, para ser sustituida por el sufrimiento. Éticamente, la ley debe adaptarse a ese cambio de paradigma con el despliegue de una nueva filosofía acerca de las normas y los procedimientos. A pesar de esa constante reformulación y adaptación a los nuevos requerimientos, existen individuos cuyo poder les mantiene siempre unos pasos por delante de los sistemas de control o, incluso, les permite fijar sus directrices.
Con independencia de su trasfondo de cuestionamiento de la ética de los avances científicos y de las formas que utiliza el poder para perpetuarse, Carbono alterado es una excelente lectura de evasión.
Calificación: ****/*****
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