La historia de tu vida y otros relatos. Ted Chiang. Alamut, 2009 Traducción de Luis G. Prado |
Ha tenido que ser el éxito rotundo con que ha sido recibida una película, La llegada (The Arrival, 2016, Denis Villeneuve), con guión basado en Historia de tu vida (Story of Your Life, 1998), para que llegara al gran público el nombre de su autor, Ted Chiang, y se activara el interés por la publicación que Alamut editó en 2004, La historia de tu vida y otros relatos (Stories of Your Life and Others, 2002), una antología del norteamericano cuyos relatos obtuvieron los principales premios del género.
Irregular como suelen serlo todas las antologías, los relatos de Chiang abarcan una variada cantidad de subtemas, diversos puntos de vista narrativos y ecos, como es inevitable, de los grandes clásicos del género, pero siempre tratados con rigor y con un dominio notable del ritmo narrativo: una versión de la torre de Babel en la que el castigo de Yahvé no es la confusión de las lenguas sino la revelación de la forma del mundo; un individuo, sometido a una medicación experimental, alcanza la inteligencia total, lo que le hace semejante a Dios, pero encuentra la horma de su zapato cuando conoce a otro sujeto en su misma situación; el descubrimiento de una anomalía matemática provoca el derrumbamiento psíquico de su creadora, una caída que arrastrará más consecuencias de la teóricas; el aprendizaje de un lenguaje extraterrestre convierte la conciencia y el recuerdo secuenciales de una lingüista en sucesos simultáneos, permitiéndole experimentar el pasado y el futuro es un fluctuante presente continuo; una mecanización basada en la Cábala suscita, en plena época victoriana, la posibilidad de reproducción partogenérica basada en la teoría de la preformación y en las 72 combinaciones de las letras del alfabeto hebreo, que salvará a la humanidad de su extinción; los progresos científicos de la especie posthumana, diseñada originariamente por el hombre, han limitado a la ciencia humana a la hermenéutica de la ciencia, para intentar comprender sus logros, y a la hermenéutica de los artefactos, para comprender los principios de su funcionamiento; la existencia probada, en un relato de indudable tinte dickiano, de Dios anula la controversia acerca de la fe, pero no puede impedir que existan individuos a los que su existencia les importe un comino, y más cuando es directa e inequívocamente responsable de mil y una desgracias; y un debate documentalístico sobre la pertinencia de la caliagnosia entre los que la ven como un indiscutible avance de la igualdad -no discriminar a nadie por su aspecto- y los que piensan que es en sí misma una acentuación de la discriminación -al considerar la belleza como algo de lo que hay que ser protegido-.
Relatos especulativos de alto nivel; por cierto, el que originó la película, magistral.
Calificación: ****/*****
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