Desconcierto. Richard Powers. Alianza de Novelas, 2022 Traducción de Teresa Lanero |
«La vida es algo que tenemos que dejar de corregir. Mi hijo era un universo de bolsillo que yo jamás sondearía. Cada uno de nosotros somos un experimento y ni siquiera sabemos qué pretende demostrar».
Theo Byrne, astrobiólogo, intenta superar la pérdida de su esposa, una activista medioambiental fallecida en un accidente de tráfico, mientras tiene que hacerse cargo de la educación de Robin, su hijo, afectado por una disfunción psíquica múltiple no diagnosticada que dificulta su adaptación y su capacidad de respuesta a las situaciones psíquicamente conflictivas. Un tratamiento experimental con técnicas de neurofeedback con patrones grabados del cerebro de su madre abrirá las perspectivas de curación pero también significará un vuelco en las relaciones con su padre.
Desconcierto (Bewilderment, 2021), plantea una hipótesis que vincula el conocimiento del cosmos con la exploración de las capacidades mentales del ser humano: el procedimiento más eficiente para comprender la inabarcable inmensidad del cosmos es el que se realiza a través de una mente elemental, capaz de plantear preguntas libres de supuestos, convenciones y prejuicios aceptados acríticamente; las mismas mentes que son también capaces de comprender nuestro pequeño mundo, "el pequeño peñasco provinciano en el quinto pino galáctico donde vivimos", con más fiabilidad que los grandes sistemas filosóficos; aquellas que son capaces de sustituir la anhelante búsqueda de respuestas por la atención a no olvidar ninguna pregunta. La experiencia de Theo con su hijo muestra que la mejor vía para buscar respuestas a las grandes preguntas que desafían a la humanidad y que atañen a su futuro como especie y, al mismo tiempo, al futuro del planeta es la simplicidad de las preguntas de un niño.
La dificultad de Robin para comprender todo aquello a lo que no alcanza su inteligencia ―no hay que mentirle pero tampoco se le puede decir toda la verdad, sino estimular su entendimiento para que él solo llegue a descifrarlo― despierta en Theo el pánico a las preguntas elementales, esas cuya respuesta se da por supuesta y sobre las que se edifican los inabarcables constructos teóricos de la ciencia, sin plantearse que la más mínima debilidad pasada por alto o considerada irrelevante acabaría con todo el edificio. Las preguntas fundamentales no son las últimas, sino las primeras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario