3 de febrero de 2020

Trampa 22

Trampa 22. Joseph Heller. PRG, 2010
Traducción de Flora Casas Vaca. Prólogo de Laura Fernández
«Solo había una trampa, y era la 22, que establecía que preocuparse por la propia seguridad ante peligros reales e inmediatos era un proceso propio de mentes racionales. Orr estaba loco y podían retirarlo del servicio; lo único que tenía que hacer era solicitarlo. Y en cuanto lo hiciera, ya no estaría loco y tendría que cumplir más misiones. Orr estaría loco si cumpliera más misiones y cuerdo si no las cumpliera, pero si estaba cuerdo tenía que realizarlas. Si las realizaba estaba loco y no tendría que hacerlo; pero si no quería estaba cuerdo y tenía que hacerlo».
Si la guerra fuera el verdadero reloj de la historia, el entorno bélico bajo el que fue escrita Trampa 22 (Catch-22, 1961), la novela más conocida de Joseph Heller, debería considerarse configurado por tres conflictos: la IIGM, en la que el propio autor participó como piloto de un bombardero; la Guerra de Corea (1950-1959), el suceso bélico inmediatamente anterior a la publicación; y la Guerra del Vietnam, con toda probabilidad la consecuencia de ambas, en curso desde 1955.

En ese ámbito, Trampa 22 sigue la estela de las grandes obras satíricas sobre el hecho bélico —la referencia implícita a Las aventuras del valeroso soldado Schwejk es ineludible; tanto, que el propio Heller afirmó que sin esta no existiría su novela— en las que el sentido común —un sentido más bien escaso en el estamento militar, en general— hace que un decidido antihéroe levante el dedo para advertir de lo absurdo de la guerra y para exhortar de que si no existieran imbéciles capaces de tragarse el cuento tampoco existirían los héroes —es decir, los imbéciles elevados al máximo grado de majadería—.

En todo caso, esa nueva edición —con la traducción ya existente— de la novela de Heller es una estupenda invitación a la relectura de este clásico del antibelicismo.
«Los hombres se volvían locos y en recompensa les concedían medallas».

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