10 de mayo de 2019

El hechicero de Meudon

El hechicero de Meudon. Éliphas Lévi. Wunderkammer, 2019
Traducción de Eva María de Miguel. Prólogo de Enrique Juncosa
Alphonse-Louis Constant fue un prolífico polígrafo autor de libros sobre magia y ciencias ocultas, agitador político y socialista utópico.

El hechicero de Meudon (Le Sorcier de Meudon, 1861), una de las obras firmadas con su pseudónimo, es una novela de aventuras al viejo estilo dividida en tres partes, cuyo protagonista es François Rabelais, el autor del ciclo de Gargantúa y Pantagruel, consistente en la recreación de tres episodios de la vida de dicho escritor; el texto desborda referencias rabeleasianas -incluyendo la participación de numerosos personajes de la obra de Alcofribas Nasier- a lo largo de su extensión; Constant la dedicó a Éveline Rzewuska, la esposa de Balzac, quien, a su vez, homenajeó a Rabelais en sus Cuentos droláticos, casi treinta años antes.

Constant despliega con destreza su parodia a través de diferentes estilos: escolástico cuando los monjes discuten acerca de temas religiosos; silogístico en las argumentaciones de François; pegajosamente romántico cuando el tema es el amor; sofístico cuando se tratan temas teológicos; y rabelesiano, muy rabelesiano, cuando el propio François argumenta acerca de temas profanos.

El homenaje a Rabelais no concluye haciéndolo protagonista de la novela, sino presentándolo como un individuo amable, comprensivo, indulgente y, sobre todo -fundiendo en un solo personaje al escritor y a sus gigantescas criaturas-, ocurrente y bon vivant; tal personaje se presta bien a librar del "monjerío" a un joven recluido en una abadía por una absurda promesa de su padre, bien a restablecer las relaciones paternofiliales rotas por la codicia terrenal de la Iglesia, o bien a restituir una amistad malograda por la ambición de la vida de la corte.

Un texto magistral que explora los límites de la parodia con una habilidad impecable.

Calificación: Hors catégorie

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