“Semant icy un mot, icy un autre, eschantillons dépris de leur piece, escartez, sans dessein, sans promesse : je ne suis pas tenu d'en faire bon, ny de m'y tenir moy-mesme, sans varier, quand il me plaist, et me rendre au doubte et incertitude, et à ma maistresse forme, qui est l'ignorance.”
Michel de Montaigne. Essais, Livre I, Chapitre L, “De Democritus et Heraclitus”.
Echenoz enfrenta el reto de novelar la I Guerra Mundial en menos de 100 páginas. ¿Desafío imposible? ¿Otra novela sobre la I GM? Obviando los grandes movimientos de tropas, las estrategias planeadas desde los despachos de los generales y las descripciones de las batallas decisivas, Echenoz enfoca, mediante un teleobjetivo tan potente como preciso, con la elegancia de estilo acostumbrada y una aparente sencillez que se revela complejidad a medida que el texto desvela, por omisión, los horrores de todo conflicto armado, las vidas de cuatro amigos a los sigue a través de los campos de batalla, convirtiendo la guerra no en un conflicto entre naciones sino en una sucesión de episodios personales en los que la implicación con el ejército no importa tanto como el conflicto vivido a escala personal. Este post ha sido publicado en el Diario 04 de Septiembre de La Central
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