La conciencia de las palabras. Obra Completa V. Elías Canetti, Galaxia Gutemberg, 2012 |
Ante la imposibilidad de reseñar adecuadamente un volumen con escritos tan diversos, pienso que merece especial atención el discurso que pronunció en Viena el mes de Noviembre de 1936 con ocasión del quincuagésimo aniversario de Hermann Broch, que contiene algunas reflexiones sobre la literatura y sobre el papel del escritor en el mundo contemporáneo. A continuación, algunas de esas reflexiones (omito las comillas ya que no son, necesariamente, citas literales):
I. La máxima aspiración de un escritor debe ser la de ser representativo de su tiempo; todas las obras que han pretendido "trascender su época" han caído en el olvido más absoluto.
II. El escritor ha de vivir entregado a su tiempo porque su cometido es observar, como un voyeur, todo aquello que sucede, indagar en las formas y en los usos de su civilización, mimetizarse con su entorno para después poder elevarse y hallar explicación para las grandes cuestiones que le son contemporáneas.
III. Los atributos propios de un escritor representativo de su época deberían ser:
-La originalidad, no como afán por hacer lo que aún nadie ha hecho, o hacerlo de una forma novedosa, sino como instrumento ara agitar el mundo, la riqueza inagotable del mundo.
-La universalidad, consistente en la capacidad de sintetizar su época, observándola en conjunto, en relación con los tiempos pretéritos, y en hallar aquellos hechos diferenciales que la distinguen.
[Cuando la filosofía se convierte en mística y la ciencia se circunscribe al territorio empírico, sólo la literatura puede aspirar a la universalidad].
-La beligerancia contra su época para desenmascarar sus vicios, sus actitudes subyacentes, sabiendo que nunca podrá triunfar pero con el convencimiento de que es la única manera de trascender la muerte, tanto la individual como la colectiva.
IV. El legado que recoge y reformula el escritor tiene un triple origen:
-De la filosofía, la experiencia de la universalidad en el conocimiento.
-De la religión, la trascendencia de la muerte.
-De la vida, la pasión.
[Lo peor para un ave no es que le corten las alas, es que la priven de su libertad en una jaula].
Canetti, por su obra y su trayectoria personal, trasciende la literatura, aunque la use como arma, y configura uno de los ejemplos más evidentes de la figura del intelectual.
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