Ellen Foster. Kaye Gibbons. Editorial Las Afueras, 2018 Traducción de María José Rodellar |
La protagonista y narradora, Ellen, es una chiquilla de once años crecida en una familia disfuncional -madre enferma y padre alcohólico- que, después de perder a su madre y verse sometida a la violencia de su padre y, con posterioridad a la muerte de este, al maltrato de su tía, acaba en un hogar de acogida -de ahí ese "Foster", que no es su apellido propio sino la expresión inglesa que hace referencia a las personas en adopción temporal-, lugar desde el que compone su peculiar autobiografía.
"Ojalá se atraganten. Ojalá se atraganten y se mueran y yo prenderé fuego a la casa y los quemaré a todos. Hasta a mi propio padre y así terminará todo."Ellen no ha disfrutado de una infancia modélica: violencia doméstica, amagos de incesto, alcoholismo, explotación laboral, castigos corporales, racismo -inconsciente aunque patente-; pero cualquier barbaridad queda relativizada al ser vista a través de la mirada inocente de Ellen, aunque algo en su tono o, con más frecuencia, en sus comentarios, parece indicar que se da perfecta cuenta de la gravedad de la situación pero le interesa y conviene explotar esa bendita ignorancia para utilizar su conocimiento en su propio provecho cuando la ocasión lo requiera.
“Ya sé que he hecho como si estar en el jardín con ella fuera una cosa corriente pero en realidad solo sucedió una temporada. Lo que pasa es que si te cuentas lo mismo una y otra vez acabas engañándote a ti mismo, las historias se diluyen y te olvidas de que fue una única temporada en toda una vida. Así es como lo hago yo.”
"Podría quedarme toda la noche leyendo. No puedo dormirme si no leo. Hay un momento en el que el cerebro no tiene nada constructivo que hacer y se dedica a dar vueltas. Yo le obligo a dejar de hacerlo leyendo hasta que se apaga del todo. Es que creo que es mejor hacer alguna cosa hasta el momento en que te duermes."El mayor riesgo de la apuesta literaria de Gibbons es prestar la voz narrativa a una niña de once años; pero esa apuesta redunda en su mayor logro ya que consigue armar el relato de los hechos con la inocencia de una persona en formación que no los omite ni los trasgiversa sino que ofrece una interpretación acorde con su comprensión de los mismos pero que el lector, adulto, puede decodificar en función de su mayor conocimiento.
"Y yo me quedé allí sintiéndome lista por saber la verdad y todo lo que puede pasar cuando menos te lo esperas."Calificación: ****/*****