Stern. Bruce Jay Friedman. La Fuga Editores, 2017 Traducción de Rubén Martín Giráldez |
Hipocondríaco, retraído, cobarde, incapaz de expresar su opinión debido a una mal entendida cortesía, poseedor de una amabilidad que permite que todo el mundo le pueda tomar el pelo, y asediado por un mundo adverso con un vecino que persigue a su mujer, un individuo antisemita, los feroces perros de una finca abandonada, un jefe dado a los más extraños comportamientos y una úlcera descontrolada.
Después de una juventud enrolado en el Ejército del Aire, explotando fraudulentamente el mérito de los pilotos de guerra sin haber pilotado un avión en su vida, le llega la madurez casado, con un hijo y empleado en una empresa en la que se encarga de redactar etiquetas para los más variados productos. Extraños problemas físicos -una úlcera intestinal que se activa y se neutraliza siguiendo un indescifrable código- le llevan al internamiento en una clínica de reposo en la que se enfrenta a sus peores terrores personificados en una nómina de bichos raros, en un ambiente que recuerda, en tono jocoso, a Alguien voló sobre el nido del cuco.
Siempre hay un peor un paso más allá de lo malo. Stern experimenta esa realidad continuamente, y Friedman muestra, con mano precisa, cómo lo gracioso puede llegar a ser chistoso y cómo lo chistoso puede convertirse, con poco aunque mesurado esfuerzo, en grotesco. Se llama humor negro, y Friedman, un judío del Bronx, lo maneja con una maestría absoluta.
Calificación: ****/*****
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