30 de diciembre de 2016

Pequeños tratados

Pequeños tratados. Pascal Quignard. Sexto Piso, 2016
Traducción Miguel Morey
Pascal Quignard, el prolífico y multifacético escritor francés, es probablemente uno de los autores contemporáneos que ha sabido combinar mejor un estilo personalísimo con la elección de temas candentes en la actualidad de la cultura y del pensamiento europeos. Autor de una cantidad ingente de títulos, encuadrables en los más variados géneros literarios, escribió, a lo largo de varios años, un conjunto de ensayos y discursos que se agruparon editorialmente bajo el nombre común de Pequeños tratados (Petits traités), en los que reflejó su mirada acerca de un conjunto heterogéneo de temas; se trata de una obra fundamental en la producción del escritor francés que amplía e ilustra ciertos objetos de su interés, algunos de los cuales son tratados en más profundidad en otras de sus obras.

Excediendo la intención de estas Notas de Lectura -y la capacidad de quien las redacta- el hecho de entrar en profundidad en este proceloso mar, me he limitado a enumerar los Tratados; adjudicarles a cada uno una Tesis que no es más que una de las visiones, la propia, bajo la que "perspectivizar" su contenido; e incluir, a modo de ejemplo y cebo para la lectura completa, una cita que considero pertinente, algunas veces por el contenido, otras por la pura belleza de su forma.

Tomo I

Tratado I. Tratado sobre Cordesse
Tesis: la amistad es la única forma de trascender el tiempo, es decir, la muerte
"Nicole decía: "somos como pájaros que están en el aire, pero no pueden permanecer en él sin movimiento, porque su apoyo no es sólido". Y lo comentaba de este modo: "el pasado es un abismo sin fondo que se traga todas las cosas pasajeras; y el porvenir es otro abismo que nos es impenetrable. Uno de estos abismos desaparece continuamente en el otro. Sentimos la desaparición del porvenir en el pasado, y es lo que constituye el presente, como el presente constituye toda nuestra vida"."
Tratado II. Dios
Tesis: el únco Dios creíble sería un Dios de la alegría
"La palabra que se tiene la costumbre de traducir por "difícil" es praeclarus, que quiere decir "muy claro, resplandeciente". Rarus significa "disperso sobre la tierra". El pensamiento es algo tan claro que está esparcido sobre la tierra. Luego la palabra rarus pasó a significar "distante en el espacio", "poco frecuente en el curso del tiempo"."
Tratado III. El misólogo
Tesis: el yo que escribe no es el mismo que el yo escrito; existe una cadena de dependencias, que va de la conciencia del escritor hasta la mancha de tinta sobre el papel, en la que cada elemento se define, como un eslabón de una cadena, en función de los vecinos, y que no es el mismo que cuando se considera independientemente. El nexo de unión, el cemento que le da consistencia, es la lengua, soberana e insoslayable.
"El cuerpo no es salvaje, desnudo, franco, primero, primitivo: es una ficción material que una lengua ha construido sobre el patrón de su fantasma; su víctima legendaria, o también, una construcción más o menos orgánica a imagen del modo en que la lengua lo ha plegado al mundo del que ella es la ocasión."
Tratado IV. Sobre una bolita de plomo
Tesis: la relación entre las cosas y su nombre es unívoca; a veces, el nombre existe antes de que exista lo que designa.
"Los niños que flotan en el agua oscura de su madre, cuando abren la boca, comen. Están sin aire, al que desconocen, e incapaces de voz, a la que oyen."
Tratado V. Taciturio
Tesis: la independencia del intérprete que alcanzó la forma-libro se hizo a costa de perder la voz: la letra se hizo permanente pero se convirtió en inanimada; pero esa limitación abre infinitas posibilidades al silencio.
"El libro es un pedazo de silencio en las manos del lector. Quien escribe calla. Quien lee no rompe el silencio." 
Tratado VI. Pagina
Tesis: la página es la unidad mínima a partir de la cual un libro genera un mundo; señuelo y trampa a la vez.
"Las palabras que se pronuncian no son las palabras que se escriben. Otra sintaxis, otro mundo. La página es impronunciable."
Tratado VII. Sobre las relaciones que el texto y la imagen no mantienen
Tesis: el camino que sigue un objeto desde su imagen a su descripción no puede desandarse: una vez convertido en palabras, cualquier imagen posterior desvirtuaría la conversión.
"No hay vínculo entre el texto y la imagen, más que la imagen del texto mismo. La escritura -como todo modo de expresión, busca lo que no puede trasponerse, y los signos que están ahí tienen como función suplir el objeto que han dejado de mostrar y que ha desaparecido. Lo propio de los signos escritos es no mostrar lo que designan; significan; reinan en lo que no puede mostrarse."
Tratado VIII. El libro de las luces
Tesis: el libro es mudo y la lectura sorda; sin embargo, a veces se percibe música al leer: se llama puntuación.
"El sonido que los libros entregan no es un sonido y yo lo oigo. A medida que le presto atención y que mi cuerpo se pliega a su poder, al vacío en mí gracias al cual suena, reconozco que esta voz no existe."
Tomo II

Tratado IX. Las lenguas y la muerte
Tesis: las lenguas son inanimadas; por tanto, hablar de lenguas vivas y lenguas muertas es una simplificación que no significa nada.
"Siento una verdadera satisfacción al cerrar los libros. Los libros que ya no se leen, no reeditados hace dos o tres o cuatro siglos. Que la negligencia, o el desprecio o bien el abandono vencen. Que el olvido preserva. Leer conduce a la ausencia, obliga al cuerpo a un cierto parecido con la muerte. Pero una vez abiertos, la ausencia total de la muerte, la vida absurda y la mediocridad que están ocultas en su interior, que están "embutidas" en ellos, angustian. Y por ello conducen a la muerte."
Tratado X. Vida de Lu
Tesis: es imposible definir el concepto "vida" excepto para aquel que la experimenta.
"Lu llevó así una tranquila y larga existencia de retiro, declinando uno tras otro, con una disimulada risa loca, todos los cargos oficiales que se le proponían."
Tratado XI. La biblioteca
Tesis: las verdaderas bibliotecas no son esos contenedores donde se almacenan los libros, sino los cuerpos de quienes los leen.
"Los libros son cosas muy ambiguas, y bastante risibles. De modo paradójico, diría que así como acompasan su paso a órdenes diversos, y los consolidan, igualmente los socavan y arman contra su poder. Sojuzgan en su letra, pero defienden contra el imperio que ésta ejerce, a fuerza de jugar, a fuerza de inventariar sus rodeos y sus trampas; nunca lo suficiente, pero alejan de la fe otorgada a las pseudofunciones que estas órdenes reivindican y al sentido mentiroso y muy frecuentemente innoble que no dejan de afirmar."
Tratado XII. La palabra "objeto"
Tesis: el "objeto" es la parte de lo que existe fuera de nosotros que está en oposición del sujeto que lo percibe.
"Hay en la desnudación mágica una fuerza imperiosa que obliga so pena de muerte. A partir de ahí, en la nada [rien] de lo real se destacan unos fragmentos y se ponen por delante. Es así como la tierra se convierte en un mundo y como este mundo se puebla poco a poco de objetos. La nada de lo real deja entonces de existir. Es un inmenso velo de imágenes, una gran tapicería de ilusiones lo que la sustituye. Estos velos, estos tejidos alucinatorios, esta mâyâ se remangan. Es el objeto del objeto."
Tratado XIII. La E
Tesis: no existe un lenguaje común a las diferentes lenguas; tampoco existe un silencio común, pero sí un deseo de ausencia de lengua.
"El sentido no tiene la capacidad de conocer su operación durante  el tiempo de esta operación. Así como el ojo no sabe que ve, ni la mano que toca, ni la oreja conoce que oye, ni la nariz conoce que huele, ni la boca que degusta. [...] La lectura no conoce la naturaleza del sentido que ejerce durante la operación de leer."
Tratado XIV. Noesis
Tesis: el pensamiento exige un vacío -físico- en la cabeza en el que ubicarse, un vacío que vuelve a manifestarse cuando el pensamiento ha muerto.
"Haya lo que haya en el mundo, no hay nada que no pueda ser pensado, designado o descrito. Pero una vez pensado, designado, descrito, no queda "nada" que sea pensable, designable, descriptible. Nadas indescriptibles, imprevisibles, ininterpretables, irreferentes. Puro azar y negación de un pensamiento que se destruye."
Tomo III

Tratado XV. Un lipograma de Appius Claudius
Tesis: apartar la muerte del camino puede hacerla invisible, pero no acaba con ella.
"Lechón, chivo, katharmos, cordero expiatorio por dos veces. Una, por la propuesta de un sacrificio material, aunque sea probable que los motivos de esa controversia hayan sido enteramente míticos. Luego, por su repudio imaginario. Expulsión de la muerte al final del abecedario. Posición simbólica del dominio de una "boca de muerte" soberana en la escatología de las letras que se usan." [Sobre la expulsión de la letra zeta al final del abecedario].
Tratado XVI. Los primeros códices
Tesis: trasciende la casualidad el hecho de que el primer libro en forma de codex del que tenemos noticia sea los Epigramas de Marcial.
"Es en los volumen de Marcus Valerius Martialis donde se encuentra mencionado por vez primera un libro en forma de codex. (Por lo menos el azar, las condiciones de conservación de los manuscritos antiguos, los juegos de traspasos de imperios, las destrucciones debidas a los ejércitos romanos -el juicioso desprecio en el que se tiene por lo general a las cosas escritas-, la malignidad y la voluntad de aniquilación de los cristianos hicieron que los primeros testimonios antiguos del libro moderno -del codex- se conservaran en un libro de Marcus Valerius Martialis).
Tratado XVII. Liber
Tesis: el libro es aquel objeto manejable cuya causa final es la lectura.
"En cuanto se escribe una palabra cualquiera, de inmediato tiene lugar un increíble desgarro del flujo sonoro, una incalculable "descontextualización", disidencia, abstracción tiene lugar al momento. Una especie de ciclón, una especie de avalancha, una especie de vertiginosa precipitación en el espacio de la cabeza de los hombres. Hagamos lo que hagamos estamos todos escritos."
Tratado XVIII. Una rana de Ulubres
Tesis: se vive tan encerrado en una época que nadie es consciente de poder trascenderla.
"[Gayo Trebacio Testa] veía la sombra de la muerte en sus rasgos. Al abrigo de una columna de mármol, en la esquina de una calle, sacaba un pequeño espejo de cobre que había introducido en un pliegue de su toga. Impaciente, examinaba los progresos de esta sombra sobre las líneas de su rostro."
Tomo IV

Tratado XIX. Las reliquias de los granos
Tesis: a medida que el hombre se aleja de la naturaleza, espolea a la lengua para evitar "confusiones".
"Parece que no hubo nunca, desde los milenios que hace que los hombres pululan, una época, una sociedad, una lengua, un rostro, un segundo, una hora, más envidiables que otros. Se ha señalado que aquellos que creen en alguna cosa, sea lo que sea, presentan unas manos que están siempre enrojecidas."
Tratado XX. Lengua
Tesis: la lengua es un fenómeno tan próximo al cuerpo de cada uno que es imposible compartirla; sólo puede compartirse su producto.
"Cualquier consideración que se haga sobre el lenguaje está hecha a partir de él. Esta impostura no puede reducirse. Es destacable y es ilimitada. Aquel que trata de liberarse de las formas de su lengua y de su conciencia se ayuda de ellas y se ata más estrechamente a sus hechizos en el momento mismo en que tiene el sentimiento de que se desprende de ellas para describirlas. No existe metalenguaje porque el lenguaje posee por sí mismo esta propiedad de convertir en sí mismo todo lo que se le acerca. Si pasara por encima de su sombra, su cuerpo, al pasar por encima, todavía proyectaría una sombra de su cuerpo."
Tratado XXI. Jesús inclinado para escribir
Tesis: el acto de escribir, exclusivamente humano, abomina, sin embargo, de cualquier tipo de relación interpersonal.
"Al principio, silencio paradójico y cuerpo curvado, silencioso, a dos pasos del desprecio. Este cuerpo está cerrado sobre sí mismo y a este sorprendente "enroscamiento" le añade la soledad y la desatención al mundo que lo rodea. Es en un "círculo de silencio" donde tiene lugar la escena de escritura."
Tratado XXII. Tratado del petirrojo
Tesis:el hecho más nimio puede acarrear consecuencias cuya relevancia somos incapaces de imaginar.
"Jesús abre los ojos, gira su rostro hacia el pequeño pájaro gris, ve cómo se obstina. En voz muy baja le murmura que como recuerdo del socorro que ha intentado darle quedará marcado con su sangre hasta el fin de los tiempos, hasta la extinción del mundo, hasta la desaparición de los pájaros en el espacio." [Sobre el origen del color del pecho del petirrojo, que ha intentado quitar un clavo de la cruz y se ha manchado con sangre del crucificado].
Tratado XXIII. La garganta degollada
Tesis: el hecho de tener escritura no le añade ningún mérito a la lengua en cuestión.
"De todos los sonidos del mundo, los sonidos más fútiles son los de las lenguas. Y son también los más perniciosos: hacen creer que van a dar sentido al mundo."
Tratado XXIV. Del vino peleón
Tesis: la expresión oral es un intento de superar la belleza de todo aquello que no habla.
"Las palabras de los hombres son el agua y el azúcar que mezclan con el concentrado de arak más puro. Las obras son las pequeñas cucharas que sirven para mexclar el agua, el arak y el azúcar en el vaso. El vaso son las ciudades del mundo. A esta mixtura desleída la llaman -en su extraña mixtura desleída- con el nombre extraño de lengua. Y se toman esa bebida aguada y azucarada que les cierra los párpados y que les separa menos de lo que piensan de la crueldad y de los estratos superpuestos de lo que los precede y del silencio."
Tomo V

Tratado XXV. Un montoncito de sal reservado para los bueyes muertos
Tesis: la lectura en silencio aparece como una excentricidad de seres asociales, apolitikos.
"A partir de la época imperial, la iniciación espiritual dejó de ser colectiva. La lectura muda, solitaria, atenta, y la meditación que la acompaña, la influencia del texto y el bordón interior (1) retenido, (2) rumiado, (3) tragado, (4) reprimido y ocultado, se desarrollaron. Relevos que pasaron primero por la autoridad de la voz, luego por el murmullo, para desembocar finalmente en el silencio. La iniciación de los jóvenes se volvió secreta, cada vez más interior, y cada vez más aislada. La lectura se convirtió en la cadena iniciática.
Tratado XXVI. Chien de Lisart
Tesis: la lectura es enajenación; por eso es prohibida por quienes no aceptan el libre albedrío.
"Montaigne dice que los libros son municiones. Dice también, de un modo sin duda algo excesivo, que son las mejores municiones que pueden llevarse en el viaje de la vida. En el siglo XVI esta palabra debe entenderse como todo lo que sirve para resistir un asedio: armas, municiones, provisiones, fortificaciones, las mismas murallas." 
Tratado XVII. Augustinus
Tesis: la lectura silenciosa es un salto evolutivo en la historia de esa actividad.
"Hablar está afectado por la infancia cuando leer y escribir se hacen mudamente. Son cancioncillas de niños que juegan. La palabra oral se vuelve canción infantil cuando el éxtasis se vuelve silencioso."
Tratado XXVIII. Anagnosis
Tesis: la lectura es reconocimiento.
"El lector es esa vieja sirvienta que toma un "caldero reluciente" y mezcla el agua caliente y el agua fría. La mirada del lector no busca la visión de la página sino su lección. La mirada de Euriclea no busca lo visible sino que percibe lo no-espectacular: percibe a Ulises en Ulises en el instante mismo en que vuelve la espalda al fulgor del hogar. El lector es Euriclea, quien en su fuego interior y en el silencio del fondo de su memoria, en el acto, "reconoce" el nombre de Ulises y los recuerdos que este nombre despierta por la cicatriz que tiene en la pierna."
Tratado XXIX. Tratado de Monsieur Hamon
Tesis: la lectura no es una ocupación: es una forma de vida.
"Monsieur Hamon, yendo a visitar a sus enfermos montado sobre un asno, había ideado fijar un pupitre levantado sobre su silla por medio de un bastón. De este modo leía de camino su libro abierto sin necesidad de sostenerlo."
Tratado XXX. Lectio
Tesis: la lectura nos conecta con la eternidad.
"El scriptum de hace liber y un liber de hace lectura. Pero la lectio (que es la enunciación del libro) es una actualidad física, una concretización, un intercambio y una solidaridad violenta, más o menos fácil, que suscita un significado que no preexiste en el "texto" o en la página imaginaria. Es una tensión entre un objeto del que un cuerpo se ha sustraído y un objeto al que un cuerpo viene a añadir su existencia, la singularidad de su deseo, los medios de su pensamiento y los sedimentos de su memoria."
Tratado XXXI. El miedo a volverse ciego
Tesis: la lectura es una celda de aislamiento en una prisión de alta seguridad.
"El ejercicio de la lectura requiere de nosotros mucha humildad, olvido, renuncia a nosotros mismos, para hacer sitio en nuestro espíritu a la obra, a la actividad de sus argumentos o a las pasiones de sus héroes."
Tomo VI

Tratado XXXII. Liré
Tesis: leer es como volver al útero materno; no, mejor aún, como volver a nacer.
"Es así como iba a leer [lire] a Liré. Había un lugar que me gustaba que era el futuro del verbo de lo que iba a ser mi vida. Había un nido, un puente, una música grave en la iglesia fría que podía verse de lejos, y un río magnífico en el que la gente se ahoga y que había que atravesar precipitadamente. A veces se toca un poco con el dedo el sueño de otro. Pero no se entrevé. Porque uno no ve nunca más que su sueño. Pero se siente su resistencia, su presencia, su tibieza, su piel. Así son las orillas también."
Tratado XXXIII. De taciturnis
Tesis: el diálogo silencioso que se establece entre el lector y la página escrita es el más comunicativo, como el del espectador con una estatua o como el que se mantiene, con tal vez unos 300 siglos de por medio, entre el visitante del abrigo y las pinturas murales de Lascaux.
"Allí donde hay silencio, aquel que calla le pertenece. El silencio acarrea, por parte de quien se sostiene en él, la pérdida de dominio. Porque él mismo carece de dominio. Sin que pueda decirse de él: "Yace", o bien: "Padece", está sometido  sin embargo a una pasión. Calla: no se hace con el silencio. El silencio no se hace con él. En el silencio, se deshace en silencio."
Tratado XXXIV. Escenas de lectura ambrosiana
Tesis: la lectura ambrosiana tiene un fundamento rítmico que no es ni acústico ni fónico.
"Estelas del antiguo Egipto suplican a quienes pasan que no lean mudamente el nombre de los cadáveres que evocan. La tibieza del aliento es la sangre que irriga los nombres propios."
Tratado XXXV. Sobre una tapa de piano
Tesis: tal vez la eterna enemistad entre la música y los escritores se deba, en parte, por la imposibilidad e inutilidad de la ejecución musical "ambrosiana".
"Para un romántico o un naturalista (son lo mismo), el lector ambrosiano es un burgués. "No escribía para los ojos, para el lector que lee con la mirada, junto al fuego; escribía para el lector que declama, que lanza las frases en voz alta; incluso todo su sistema de trabajo consistía en ello. Para probar sus frases, las "gritaba" [guelait], solo en su mesa, y no estaba contento de ellas hasta que no había pasado por su "garganta" [gueuloir], con la música que buscaba. En Croisset, este método era bien conocido, los criados tenían orden de no molestar cuando oían gritar al señor, únicamente los burgueses se paraban en el camino, por curiosidad, y muchos lo llamaban "el abogado", creyendo sin duda que se ejercitaba en la elocuencia"."
Tratado XXXVI. Oídos prestados
Tesis: es posible oír sin que lo oído pase por el oído.
"Leer es pretar oído [oreille]. Todas las orejas [oreilles] que rodean nuestras cabezas son rosas y sin fecha."
Tratado XXXVII. La pasión de Guy Le Fèvre De la Boderie
Tesis: la búsqueda de la palabra, del nombre decible, legible y audible que dice el mundo.
"("Cuando yo haya pronunciado la palabra, los ojos de los supervivientes se volverán del revés en sus órbitas y cada uno de estos hombres y cada una de estas mujeres mirarán cara a cara el fondo de su suerte. [...] Cuando yo haya cerrado la boca, sus ojos se volverán hacia el mundo, llenos de la luz central; verán entonces que el afuera es a imagen del adentro")".
Tratado XXXVIII. Un largo silencio de Ariosto
Tesis: cada palabra dicha silencia al resto que podrían ser dichas y que han visto tomado su lugar.
"Aquello de lo que uno se acuerda es una cierta forma engañosa que toma aquello de lo que uno no se acuerda. Todos aquellos que escriben, en lo referente a la voz, tienen la garganta cortada. La necesidad de escribir una frase a cualquier precio es la necesidad imperiosa de callar otra, silenciosa."
Tratado XXXIX. El tabú melusiniano del lenguaje
Tesis: el silencio preserva el mundo incontaminado.
"Si hablo, todo desaparece. Es la noche, y es la muerte lo que se abre a partir de ella. En el silencio que se rompe, la mujer amada desaparece de la vista. Si el libro es visible, no lo leo. Lo veo."
Tratado XL. Sobre el meñique
Tesis: toda la ceremonia alrededor de la muerte es una escaramuza en el combate contra el olvido.
"El olvido es el océano. El olvido es más vasto que lo real porque los animales, las plantas y los astros lo conocen. El más bello de los libros de Ovidio son las Tristes."
Tomo VII

Tratado XLI. El signo deleatur
Tesis: la muerte es una intromisión del destino que borra el futuro.
"El pasado es allegro. El porvenir: un movimiento andante que se rezaga un poco."
Tratado XLII. Una escena de novela suprimida
Tesis: nada distingue el sueño de la muerte, excepto el despertar.
"-Después de nuestra muerte -dice el viejo-, ya no estamos bajo el imperio de un príncipe por encima nuestro. Después de nuestra muerte, ya no sufrimos por el calor ni por el lenguaje ni por el hambre, tampoco por el miedo ni por la verdad ni por la sed. [...] Tenemos la misma edad que el cielo, tenemos la misma edad que la tierra, tenemos la misma edad que las montañas que la dominan."
Tratado XLIII. La oreja de María
Tesis: la lengua es el objeto de la voz; la voz esclaviza a la oreja. Quien habla, domina; quien escucha, se somete.
"Se admira a quienes se odia. Sus defectos son trofeos. Se desconfía en exceso de aquellos a quienes se ama mientras que abrazamos en cuerpo y alma las causas y los atributos de nuestros odios, hasta el punto de revestirnos enteramente con aspectos que no son sino su contrario. Oído de la lengua y oído de la voz difieren. Annaeus Cornutus tiene razón al definir a "aquellos que no se fían de sus orejas". Aquel cuya oreja no se fía enteramente de la oreja atiza con la punta de una especie de atizador un sonido silencioso."
Tratado XLIV. La almohada de Sei
Tesis: la literatura siempre es un híbrido de literaturas; para alcanzar el fin que se propone, debe, además, extinguirse en ella misma, ser un híbrido infecundo.
"Los japoneses son como las estaciones: con ellos todo vuelve como las flores. Nosotros somos como la historia: todo muere con nosotros. No hay segundo que no sea para nosotros una piedra que cae en el abismo."
Tratado XLV. Mujeres fragmentadas en 1536
Tesis: al no poder entender el cuerpo, imaginamos que fragmentándolo podremos traducirlo, sin darnos cuenta de que troceado ya no es el mismo cuerpo.
"Los espejos y los libros atraen y no satisfacen jamás a aquellos que vuelven su rostro hacia ellos. Leemos más en la mirada de otro que en el reflejo que repercute un espejo ante nuestros ojos."
Tratado XLVI. Froberger y Grimmelhausen
Tesis: la novela fundacional de Grimmelhausen demuestra que, en épocas de zozobra, el simple es el mejor pertrechado para sobrevivir.
"El novelista alemán Grimmelhausen escogió como tema de novela lo simplicísimo. Es el título de un cuento en el que nacen las novelas: lo simplicísimo y lo sordidísimo. Se precisa una casa en el universo que albergue los desechos sobrantes que los géneros literarios, los cursos, los discursos, los diarios, los ensayos, los sermones abandonan tras de sí como cosas infecciosas o sucias. Este albergue se llama "novela"."
Tratado XLVII. Invierno del año 412
Tesis: la muerte sólo es temida por los pobres de espíritu; en cambio, es el final lógico y deseado para el ilustrado, una vez ha llegado al final del camino de la erudición.
"El taciturno trae a la memoria lo desapropiado de los órganos y las tallas desacostumbradas de las bestias antiguas que salieron del agua las primeras y subieron por las orillas. Todavía hacen brotar miembros y dientes en nosotros. El centro de nuestros cuerpos procura un divertido e inconstante testimonio de ellas."
Tratado XLVIII. Tigres que vuelven a la jungla
Tesis: el arte es, por definición, una actividad no sujeta al escrutinio de la moralidad.
"F. Mathieu en su Vie de Louis IX, aparecida en 1610, describe una escena tan guerrera, a pesar de las apariencias, como la de Justino. Renato de Anjou está ocupado pintando una perdiz. Se le anuncia la pérdida de Nápoles. El rey levanta el pincel -"hasta tal punto su espíritu sentía placer"-, toma de la salserilla en la que se ha mezclado el polvo un poco de color amarillo y se aplica a retocar el relieve del ala."
Tomo VIII

Tratado XLIX. El vocablo contemporáneo
Tesis: lo "contemporáneo" trasciende el carácter temporal que lo define.
"Se ha conservado una carta de monsieur La Maître al pequeño Racine en Port-Royal encargándole que ponga agua en unas escudillas de tierra para impedir que los ratones roan los in-quarto de Crisóstomo y de Tácito. ¿Quiénes son los contemporáneos? ¿Racine, que estudia? ¿El Tácito que lee? ¿Los ratones que lo comen? ¿El agua que corre cerca de allí desde hace cientos de siglos y a la que el niño Racine se dirige para llenar la escudilla?"
Tratado L. Girolamo Fracastoro
Tesis: dar nombre a alguna cosa no es solamente individualizarla sino también dibujar las coordenadas que definen su campo de acción y el de sus posibles relaciones. Contra lo que pudiera parecer, dar un nombre nunca es impremeditado.
"El lenguaje es un gehena. No es un hospital. Lo peor desciende de la estantería de una biblioteca. Las palabras no visten las cosas con un cuerpo que sea de gloria. Los libros no aseguran redención y perpetuidad más que a los órdenes de los discursos que, dirigiendo las más graves amenazas, las más incontrolables subversiones, sacan de ellos en proporción a su potencia, una astucia y una maestría tanto más implacables."
Tratado LI. Los tres viajes de Maximilien Littré
Tesis: cualquier intento de fijar una lengua en un propósito vano, ese retrato es anacrónico justo después de establecido.
"Impuso a una nación la ficción de una lengua mítica. Inventó un viejo francés admirable y falso. Se desveló por establecer filiaciones de sentido gratificantes y alfombrar el suelo quimérico e ilusoriamente continuo de la lengua con un sentido perfecto y cerrado. [...] Creó una "lengua legendaria". Lengua ni muerta ni viva: anacrónica. En otros términos: proivada de la muerte. Privada de la vida. Fuera del tiempo."
Tratado LII. Lo que Remigio dice a Clodoveo
Tesis: todo dilema esconde una trampa lógica.
""Incende quot adorasti". Es mi vida. Es una frase a fin de cuentas extraña. El pontífice Remigio opuso adorar y quemar, y despachó espalda contra espalda a quemar y adorar. ¿El medio para distinguir entre pasión y combustión? Sin duda quería decir: adora a la iglesia a la que prendiste fuego. Quema el odio y a tus dioses precedentes. Quema incluso la misma palabra franco. El rey Chlodovechus no adoraba tan sólo el fuego, adoraba también romper los vasos."
Tratado LIII. El tribunal del tiempo
Tesis: el juicio del tiempo es tan inapelable como indescifrable.
"Los libreros, los críticos, los editores, los bibliotecarios, los estadistas que elaboran los estudios de mercado, los profesores que establecen los programas ministeriales, los académicos o los universitarios que confeccionan la antología de las gratitudes, los fieles de las sectas religiosas, los partidarios de los gangs de doctrina no tienen como objeto leer. Su deseo, su beneficio y su interés son diferentes. Pero, ante el propósito de leer, remitirse al juicio de seres para quienes leer no es un deseo es seguir los bastones de los ciegos. El juicio final, la balanza infernal, el tribunal de la historia son imágenes de grandes delirantes. El apetito de lectura mismo conoce metamorfosis y, sumándose los siglos a los siglos, está condenado a no conocer sino cada vez menos el fondo del que dispone, Ya no dispone de él."
Tratado LIV. Unas placas blancas sobre fondo amarillo
Tesis: todo enamorado de los libros es titular de la más grande historia de amor.
"Bellos libros que volverán. Que hacen pensar en ciertas piezas de laúd o de clavecín que entonces se componían. Música enfática y dulce, sin sorpresa narrativa, muy articulada, solemne y prolija. Frase lenta, razonadora, monótona, mojigata, civil, tediosa y tranquilizadora."
Tratado LV. La oración de Damasipo
Tesis: la eternidad no contiene ningún consuelo.
"Escribimos libros. Me surpite morti!"
Tratado LVI. Longino
Tesis: el cuerpo humano no es la prisión que sostenían, malintencionadamente, los místicos, sino el campo en que se bate la totalidad de la experiencia, material e inmaterial, que lleva acumulándose desde hace milenios y que, por convención, llamamos Humanidad.
"Las experiencias de la infancia nos balancean, así como los nombres nos bautizan. Maceramos algunas decenas de años. Finalmente hacemos agua por todas partes y un buen día nos hundimos. [...] ¿Qué se dirá de nosotros? Amasaban dinero. Comían caliente. Se apareaban bruscamente. Morían en la inquietud."
Un compendio de sabiduría, a veces excesivamente pretenciosa (no es ningún reparo; ¿no es lo normal?), una increíble lección de escritura y de vida, un texto al que volver de vez en cuando para, como en los grandes clásicos, encontrarse con nuevas sorpresas a cada vuelta de página. Un libro inmenso, imprescindible, que empieza justo cuando se acaba de cerrar la última página. 

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