Si es cierto que no existe lenguaje para dar cuenta de Lo Uno; si Platón tenía razón cuando aducía en el Parménides que “no existe, pues, ningún nombre para designarlo, y no se puede ni definirlo, ni conocerlo, ni sentirlo, ni juzgarlo”, la actitud racional es obviarlo. No me interesa nada que no se pueda nombrar.
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