"No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan, sino que
pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales, que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero también que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, en esclavos de una terrible organización social.Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puedecalmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros? ¡Libros! ¡Libros! He aquí una palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita, y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!». Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida".
¿Sabéis que todo lo que habéis leído hasta aquí son palabras de 1931, pronunciadas en la inauguración de una biblioteca en Fuente Vaqueros? Las dijo un joven poeta, Federico García Lorca, y las volví a recordar ahora gracias a Maria Paola Coda, que puso la conferencia en su muro de facebook. No me he resistido a compartir la alocución casí íntegra, pues estremece por su actualidad, en plena crisis económica global de cifras y bolsas. Tampoco hoy se habla demasiado de educación y cultura. FGL acababa reclamando la cultura como lema: "Cultura, porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo, lleno de fe, pero falto de luz". Pues eso.
La Vanguardia, 13.07.2011
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