30 de septiembre de 2014

Lecturas de septiembre

J. S. Bach, una estructura del dolorJosep SolerFundación Scherzo, 2004
Por primera vez se asoma a este blog una reseña -nota de lectura, comentario...- extensa sobre un libro de ensayo; la razón, aparte de un interés personal por la música, concretamente la de la época barroca y la de Johann Sebastian Bach en especial, aunque personalmente no sobrepase el nivel de aficionado avanzado, es que este es un libro extraño al que llegué gracias a la recomendación de un amigo, músico profesional. Y digo extraño porque no trata tanto del músico alemán como de la interpretación personal de su figura, de sus circunstancias y de su música por parte del autor, una visión particular de Bach que adjudica a todo el proceso creativo musical y, por extensión, a toda producción artística: no es, por tanto, un libro sobre Bach sino un libro sobre el Bach de Josep Soler y, también por extensión, sobre el propio Soler.
Reseña completa en: http://jediscequejensens.blogspot.com.es/2014/09/johann-sebastian-bach-una-estructura.html
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La Regla del Juego. Tachaduras, I. Michel Leiris, Días Contados, 2014
Traducción de María Teresa Gallego Urrutia
Si, al igual que sucede con los días, existen libros festivos y libros laborables, los de Leiris son, indudablemente, del grupo de estos últimos. Una parte importante de su trayectoria narrativa quedó recogida en un gran proyecto que denominó La Regla del juego (La Règle du jeu), compuesto por cuatro textos: I. Biffures (1948), II. Fourbis (1955), III. Fibrilles (1966), y IV. Frêle bruit (1976), a cuya primera parte corresponde este Tachaduras que, con la osadía habitual, ha editado la barcelonesa Días Contados; un conjunto, forzosamente fragmentario, de escritos que exploran la memoria, el proceso creativo y el pasado del protagonista, y en los cuales el lenguaje, como forma de comunicación pero también como base para el juego, adquiere el papel principal.
Leiris no pontifica ni fija el pasado; Leiris deambula por el mundo de las palabras, ensaya significados y retrocede. Busca, en ese inmenso repositorio figurado que es el recuerdo, las conexiones que algún día se establecieron -y se olvidaron, o de perdieron-, merodea entre significados, entre palabras y entre sonidos para recuperar ideas, conceptos o sensaciones, se recrea en las interpretaciones y cede ante las polisemias. En definitiva, escribe en las fronteras del lenguaje, justo donde la utilidad está a punto de sucumbir ante el placentero recreo. Tachaduras es pues, ante todo, una invitación al juego cuya recompensa es, justamente, aceptar el desafío.
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El cervell de l'Andrew. E. L. Doctorow, Edicions de 1984, 2014
Traducció de Maria Iniesta Agulló
El cervell de l’Andrew reprodueix una sèrie de converses entre l’Andrew, un científic cognitiu, depressiu, maldestre i marcat per la tragèdia, una persona ordinària, un home comú, enfrontat a una situació que el supera, dotat d’una formació acadèmica excessivament teòrica que no l’abasteix de les eines adequades per gestionar-la; i un interlocutor, un “psicòleg-que-seu-en-una-cadira-ergonòmica”, invasiu i perepunyetes, que l’interroga, el qüestiona i l’acusa. Lleugerament diferent de la seva producció anterior, encara que amb els estàndars de la bona literatura, el text, aquesta vegada narrat des de l’nterior de la consciència (o era la ment? o el cervell?) del protagonista, manté la mesura i la contenció característiques de Doctorow, la verosimilitut, el predomini de la trama i l’absència d’escarafalls estilístics, tot per intentar respondre a l’eterna pregunta: qui és aquest que la meva consciència en diu “jo”?
Ressenya extensa a: http://jediscequejensens.blogspot.com.es/2014/09/el-cervell-de-landrew.html
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El cerebro de Andrew. E. L. Doctorow, Roca Editorial, 2014
Traducción de Isabel Ferrer y Carlos Milla
El cerebro de Andrew reproduce una serie de conversaciones entre Andrew, un científico cognitivo, depresivo, torpe y marcado por la tragedia, una persona ordinaria, un hombre común, enfrentado a una situación cuya formación acadèmica, excesivamente teórica, adolece de las herramientas adecuadas para gestionarla; y un interlocutor, un “psicólogo-sentado-en-una-silla-ergonómica”, invasivo y tiquismiquis, que lo interroga, lo cuestiona y lo acusa. Entre ambos, una parodia de sesiones psicoanalíticas que dibuja una minuciosa mirada a lo más profundo de sí mismo, al lugar donde las experiencias van conformando una personalidad débil y volátil, inhabilitada para la felicidad; pero también el relato de unos hechos que exceden de la biografía del protagonista para reflejar un mundo que ha perdido la medida del hombre, una excusa para reflexionar sobre el poder de la memoria, el modo en que se cartografían los recuerdos y la imposibilidad de autodefinirse con la exactitud con que podemos definir aquello que nos es ajeno. Ligeramente distinta de su producción anterior, por más que con los estándars de la buena literatura, el texto, esta vez narrado desde el interior de la conciencia (¿o era la mente? ¿o el cerebro?) del protagonista, mantiene la mesura y la contención características de Doctorow, la verosimilitud, el predominio de la trama y la ausencia de aspavientos estilísticos, todo ello para intentar responder a la eterna pregunta: ¿quién es ese a quien mi conciencia llama “yo”?
Reseña extensa, en catalán, en: http://jediscequejensens.blogspot.com.es/2014/09/el-cervell-de-landrew.html
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La espada de los cincuenta años. Mark Z. Danielewki. Pálido Fuego & Alpha Decay, 2014
Traducción de Javier Calvo
La historia de una venganza cuyo motivo se olvidó cae como un mandoble inclemente sobre alguien ajeno a ella pero marcado por la culpabilidad: éste podría ser el tema principal de este relato de historias anidadas compuesto por una trama sobrenatural que recoge los tropos de la fábula -magia, fantasía, medianoche, camino iniciático, huérfanos, espada mágica- para crear una atmósfera tensionada, incluida en otra trama -autónoma: una fiesta de cumpleaños que hace coincidir a un personaje que viene de un conflicto personal con el causante de ese conflicto-, que funciona de marco narrativo, situada en el mundo real. La tensión viene provocada cuando un personaje de la fábula y un objeto, una espada que hiere solamente en determinadas circunstancias, traspasan la frontera de la ficción, la literatura, para incrustarse en el mundo real, la vida, con efectos devastadores. Los mimbres con que Danielewski teje esta historia no extrañarán a sus lectores: una trama que combina una historia digna de E. A. Poe con la superposición de narradores que recuerda Otra vuelta de tuerca y la invención de palabras de Finnegans Wake, en la que el experimentalismo formal, accesorio pero necesario, acaba configurando un paisajismo tipográfico con ilustraciones intercaladas en el texto, las voces de los narradores señaladas con comillas de distintos colores y la atribiliaria disposición del texto, que tiene la función de provocar la tensión visual con que se acompaña la tensión producto del mismo texto.
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Historias del Mariposa. William Vollmann, Muchnik Editores, 1995
Traducción de Jordi Arbonés
Vollmann escribe una Divina Comedia de la desesperación: un viaje al infierno de Camboya y Tailandia, con el fotógrafo asumiendo el papel de Virgilio, visitando las simas de la aflicción; su estancia en el purgatorio de purificación y expiación, en este caso el ártico, Inglaterra, en definitiva, el mundo civilizado, acompañado de los diversos personajes que le reconducen -o intentan reconducirlo- por la senda de la virtud; su viaje al improbable y negado paraíso, el regreso a los EE. UU., lugar en el que en vez de contemplar la gloria del Altísimo es diagnosticado de SIDA; y, a diferencia del Dante, un último viaje sin regreso de vuelta al infierno, su casa, porque la magnitud de su pecado no permite el perdón y el único atisbo de redención se encuentra n el lugar donde todo el mundo paga por sus pecados.
Reseña extensa en: http://jediscequejensens.blogspot.com.es/2014/09/historias-del-mariposa.html
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Que levante mi mano quien crea en la telequinesis. Kurt Vonnegut, Malpaso Ediciones, 2014
Traducción de Ramón de España
Si bien es cierto que la valoración de un escritor debe basarse más en su obra que en su vida -a excepción de Oscar Wilde-, las biografías y los libros de crítica son modos excelentes, aunque accesorios, de encuadrarlo. En el caso de Vonnegut, un escritor cuya vida fue tanto o más apasionante que su obra, tiene todo el sentido del mundo recopilar toda la información personal que pueda conseguirse; en este caso, se trata de discursos de graduación -y algún extra- que dio en distintas universidades americanas y de otros discursos pronunciados en distintas efemérides. No es una obra de ficción, pero ahí es el propio Vonnegut quien habla, sin narrador interpuesto, y su mensaje, completamente coherente con su vida, es de muchísimo interés tanto para vonnegutianos convencidos como para aquellos lectores que quieran acercarse por primera vez a su obra.
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